Overlord: La Contraparte Del Ser Supremo

Capítulo 36

La frase que cambio todo su pensar, el solo haber susurrado "voy a escapar", le trajo grandes cantidades de energía llenadas de determinación, Zuki Toru, estaba decidido, ahora lo que faltaba era armar planes, contramedidas, como también las condiciones que lo ayudarían; esa misma noche, Toru volvió a ese hogar cálido, usando portal, se movió a la entrada de la casa, tras avanzar pasos silenciosamente, visito a las tres mujeres que yacían dormidas en su habitación, normalmente debería de estar aprendiendo a través del uso de las habilidades que costaban del "carácter de un sabio", con eso debería de ser posible para él poseer un gran intelecto a base de estudiar todos los fundamentos, aunque iba a tomar algo de tiempo para que eso pase; se acercó silenciosamente a Vidia, Yina y Lulu, ellas se acurrucaron unas a otros, tratando de llenar un vacío en el centro de esa enorme cama; Toru se acercó silenciosamente a un costado, y con una de sus manos, acaricio suavemente el cabello de Yina, Vidia y Lulu.

- Fufu, que bien se ven durmiendo. –

- Nya.... –

- ¿nya?, je..., tierno, bueno ya que estoy aquí.... –

Toru se durmió, solo durmió, no quería despertarlas tan tarde, pero era cierto que le resultaba difícil conciliar el sueño estando solo, ya se había acostumbrado al calor corporal de tal compañía y despertar viéndolas, por tanto, para descansar plácidamente, se metió en la cama, solo descansaría por algunas horas, después de eso, tendría que volver, volvería en una semana, pero a pesar de eso, era mucho tiempo para él; cuando este se colocó en uno de los costados de la cama para descansar cerca de ellas, Lulu abrió los ojos, con una cara somnolienta, se movió dentro de la cama e involuntariamente se colocó encima de Toru; Toru quedó sorprendido, pensó que quizás las había despertado de alguna manera, aunque él mismo había estado en un estado de silencio y se concentraba en no reproducir ni el mínimo ruido, Lulu lo abrazó y tras colocar su cabeza en el pecho de Toru, se quedó dormida, mirando esto, Toru no tuvo más alternativa que dejarla ahí, después de todo, no era algo malo para él, así que, con ese ambiente él se quedó, durmiendo plácidamente y recuperando las fuerzas que gasto en el día.

En la mañana, Toru se levantó y lo primero que vio al abrir los ojos fue a dos bellas mujeres, ambas lo miraban fijamente y con uno de sus dedos presionaban partes de su cuerpo, como si estas estuvieran tratando de verificar su existencia y que no sea la presencia de una ilusión.

- ¿Toru-sama no se había ido? –

- ¿hum?, eso es cierto, talvez de verdad es una ilusión. –

- Parece tan real. –

- ¿un muñeco? –

- Tal vez. –

- ¿tendrá eso? –

- Veamos. –

- Soy yo, ¿Qué hacen tan temprano? –

- ¿eh? –

- ¿Toru-sama? –

- Soy yo. –

Yina y Vidia, estaban intrigadas por ver a Toru al despertarse, ellas habían visto como se iban, incluso les había dicho que él regresaría en una semana, por ese motivo, cuando Toru confirmo su presencia, ellas se alegraron, y se abalanzaron hacia él, sus colas se movían de diestra a siniestra, cuando se fijó bien en la situación, debajo de Yina y Vidia se encontraba durmiendo Lulu, pero tras el salto, despertó de una manera brusca.

- ¡¿Qué pasa?! –

Alzo su cuerpo, forzando al mismo tiempo a que sus dos hermanas mayores se apartaran de Toru, cuando vio a Toru, se quedó un rato quieta, y acercó su mano lentamente a la mejilla de Toru, cuando pudo sentir la piel de Toru, se aferró nuevamente a Toru, su sonrisa fue de felicidad, mientras que su cola se volvió loca de poder volver a Toru, adicionalmente, Vidia y Yina también se unieron al gran abrazo; luego de una ronda de abrazos y besos, estos bajaron al primer piso, para preparar el desayuno, para darse una baño caliente y para relajarse un rato.