Satoru Suzuki fue enviado hasta un mundo desconocido, pero antes de haber sido enviado, decidio salir y por causa de un bug del juego Yggdrasil o un error de su aparato de realidad virtual, fue llevado hasta ese mundo no con su avatar de overlord, E...
Jinas siguió a la zona hacia la salida de los participantes; en medio de eso, pudo oír el ultimo gritó que este guerrero de armadura oscura soltó, claramente se veía molesto por el solo hecho de ser nombrado como Arael, pero este nombre era uno que ella conocía bien, al igual que el rostro que mostraba tras ese casco; si bien estaba un tanto demacrado, era difícil olvidar tales facciones de un rostro que llamo mucho la atención en aquellas épocas; Jinas no sabía si de verdad era él, pero conforme avanzo el combate y se decidió al ganador, el hecho de que en verdad era él se arraigaba mucho más dentro suyo.
- ¡Oye tú!, ¡¿sabes dónde se teletransporto el sujeto en esa armadura negra?! –
- Según los golems de la entrada, parece que salieron del reino hechicero, en la frontera entre el reino hechicero y el país vecino, la teocracia slane. – debido a que todos los golems eran golems autómatas, estos compartían visión y audición, y aunque Jinas no sabía de este dato, la adrenalina que corría por sus venas, le hizo preguntar inconscientemente, el que se haya respondido a su pregunta era algo bueno, por lo tanto, paso a su siguiente objetivo, moverse hasta la ubicación de aquel sujeto, dependiendo de la situación del momento, bien podría tener que entrar en un combate viendo el estado mental de su antiguo compañero, pero a pesar de todo, ella eligió ir a confrontarlo, sin esperar a algún tipo de guardia que le haga compañía se dirigió hasta el lugar ya indicado, normalmente se teletransportaría con algo de magia, pero esto fue imposible, ya que ella no conocía la ubicación exacta y tampoco había visitado tal lugar, vino desde la costa del reino hechicero, lo que significaba que ella no había tocado territorio teocrático lo que le traía más problemas.
Sin maneras más rápidas con que actuar, ella siguió corriendo por los pasillos dirigiéndose a la salida del coliseo, en medio de ese viaje se topó con una persona, bestia mágica autoproclamada y rey, este era Zuus, quien en ese momento se encontraba en su forma bípeda, el cual era la viva imagen de la expareja de Jinas; como siempre ella estaba un tanto incomoda ante aquella persona, le daba una sensación un tanto rara dentro suyo, por eso, por al menos unos segundos, ella se olvidó del porque estaba con prisa, segundos que fueron suficientes como para que Zuus la saludara.
- Buen día Jinas-dono, hace un tiempo que no nos encontramos, parece un poco apurada, ¿surgió algún problema? –
- Zuus-dono, si, tengo algo que hacer rápidamente, tengo que irme, lo siento.... –
- Ya veo, hasta que nos encontremos en otro momento. –
Jinas se disponía a irse rápidamente después de despedirse de Zuus, pero en ese entonces, ella recordó algo, Zuus era una bestia mágica,
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según sus propias palabras, siendo una bestia de gran inteligencia como para poder comprender, era claro que su poder debería de estar casi al mismo nivel, lo que significaba que tendría acceso a habilidades talentosas, incluidas la de teletransporte, incluso si ese no era el caso, todavía debería de poseer la manera de obtener artículos como pergaminos mágicos de alto nivel, cosas que en un principio serían muy complicadas de conseguir, pero para el gobernante de una nación sería algo que tendrían en caso de alguna emergencia, o al menos eso era lo que se esperaría, pero la verdad era que la propia existencia de tales pergaminos de ese nivel estaban muy limitados en cantidad y debido al costo de producción, pero tomando en cuenta el poderío del rey hechicero y los innumerables recursos que este poseía, supuso que uno de sus estados vasallos poseería alguno.
