Don't Have Fear ⊶ b. s.

Capítulo 30

—¿Señorita Vanderwoodolf?

Agnes alzó la cabeza, su rostro cubierto de maquillaje seco derramado, todas las lágrimas que había dejado caer en su rostro, varias más cayeron pero no lograron arruinar más maquillaje, todo ya estaba alrededor de sus ojos, mejillas y boca. Agnes asintió y se levantó, caminó con lentitud hacia el sacerdote. El hombre se hizo a un lado y le cedió el lugar frente al ataúd. Agnes secó sus lágrimas y se sorbió la nariz por milésima vez en el día. Miró a todos los presentes y trató de sonreír pero solo una mueca salió de sus labios.

—Buenos días.. a todos —comenzó a decir, su voz era temblorosa y se escuchaba rota. Tanto derramar lágrimas le había afectado y sonaba ronca, deprimida —. Yo.. —no pudo seguir y comenzó a sollozar de nuevo. Sonia se acercó a pasos rápidos a consolar a su amiga y la estrechó en sus gordos brazos, los sollozos de Agnes hicieron que los corazones de los presentes se encogieran —. Yo.. lo siento, esto es.. demasiado para procesar —se disculpó, las personas le hicieron ademanes de que no se preocupara y se tomara su tiempo. Sonia volvió a su lugar y Agnes alzó la mirada, su cabello rizado se pegaba a los lados de su rostro y sus labios por su húmeda cara. La brisa del aire golpeó tan fuerte que éstos rizos se despegaron de su rostro y hicieron que sintiera escalofríos.

Alice miró a su madre con atención y observó con cautela cada uno de sus movimientos, cuidadosa. Agnes le dio una mirada rápida a Alice y apretó sus labios.

—No saben.. cuánto me duele tener que despedir a mi esposo de esta manera —comenzó a decir Agnes, su voz entrecortándose en cada palabra —. A Alice y a mí nos arrebataron a un esposo.. y a un padre —sorbió su nariz nuevamente y dejó salir un suspiro tembloroso —. Me duele tanto dejarlo ir.. —soltó un silencioso sollozo y acercó el pañuelo a su rostro —. Todos ustedes conocían a mi Will —todos asintieron con tristeza —, todos saben que él fue una persona amable, sencilla.. noble. Nos abandonó muy pronto..

—¿Qué hiciste? —la mirada de Alice se clavó en el cadáver. Agnes se acercó a pasos rápidos.

—.. Todavía no puedo creer que ya no esté aquí.. conmigo —Agnes se abrazó a sí misma —. Mi Will siempre estuvo ahí para mí..

—No te preocupes —susurró Agnes, llevó su mano al rostro de Alice, Alice la miró. No sintió nada. Las emociones se esfumaron y su rostro simplemente se quedó neutral.. estaba paralizada.

—Will dejó una huella de amor en todos nuestros corazones..

—¿Qué hiciste? —volvió a preguntar, Agnes giró su rostro y se encontró nuevamente con él. El alivio había desaparecido horas antes y ahora lo reemplazó una rabia. No había sido suficiente.. merecía sufrir más —Mamá..