Capítulo 13

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La puerta dio golpes sordos y fuertes haciendo que todos en el comedor se sobresaltaran del susto

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La puerta dio golpes sordos y fuertes haciendo que todos en el comedor se sobresaltaran del susto. El padre de Alice soltó su cuchillo con molestia y miró a Agnes.

—Sabes que no me gusta que me molesten en la hora de la comida —mira a Alice —, ¿es algún amigo suyo?

—No, cariño —dice Agnes confundida mirando la puerta.

—¿Alice? —Alice niega sin desviar la mirada de su plato —Bueno, pues alguien tiene que abrir.

—Alice, ¿puedes..? —dice Agnes sonriente. Alice gruñe y se levanta para dirigirse a la vieja y desgastada puerta, la cual probablemente se hubiera caído si hubieran tocado con un poco más de fuerza.

No le sorprendió en lo absoluto la persona que se encontraba en la puerta.

Sonia Kaspbrak, y detrás de su regordete cuerpo su pequeño hijo, Eddie.

—¡Alice! —chilla Sonia exagerando una voz jodidamente aguda, la mujer enrolla en sus brazos a la pequeña niña. El olor de atún y panqueques inunda las fosas nasales de Alice provocándole arcadas.

—¿Sonia? —dice Agnes frunciendo el ceño mirando a su amiga. El hombre la fulmina con la mirada.

—Lamento presentarme de esta manera pero.. no podía con la preocupación.. —suelta a Alice y toma por los hombros al pequeño Eddie —Oh, hola, William.

—Hola, Sonia —dice el hombre con exagerado disgusto y dándole un sorbo a su vaso de whisky.

—Eddie y yo veníamos a visitar a Alice —aprieta los hombros de su hijo haciéndolo soltar un quejido agudo.

—Oh, Sonia, no debiste molestarte —Agnes se levanta con una sonrisa.

—¿Cómo no preocuparme? Alice es como una hija para mí —mira a Alice. Alice evita hacer muecas y se muestra inexpresiva.

Eddie mira a Alice y le sonríe con timidez. Alice forma una fina línea con sus labios tratando de formar una sonrisa, pero fracasa. Alice odiaba a Sonia Kaspbrak desde que la conoció en aquel supermercado hacía tres años.

Mami, ¿qué son éstos? —pregunta con curiosidad Alice.

—Son condones, deja de tocar. Y sabes que no me gusta que me digas "mami" —Agnes le da un manotazo a Alice y la pequeña cajita plateada de lo que se hacían llamar condones cayeron al carrito de compra.

—¿Y éstos..?

—¡Mierda, Alice! Si tan solo pudieras callarte unos putos minutos.. me harías un gran favor —Agnes frota su cabello enmarañado y mira a la niña.

—Entonces quiero mi helado —dice Alice sonriendo.

—Te dije que no, tu estúpido padre sólo me dio dinero para las cosas necesarias —Agnes pone en el carrito un paquete de cervezas —. Siempre dando el dinero justo, odio que haga eso.

Don't Have Fear ⊶ b. s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora