Don't Have Fear ⊶ b. s.

Capítulo 41

El día era gris y deprimente. La helado brisa del aire daba sus respectivos golpes a cada persona que se encontraba en el lugar. Todos llevaban enormes y pesados abrigos de diferentes tonos de negro, y cada familia, pareja o solteros llevaban sombrillas de el mismo triste color.

Después de observar con atención cada movimiento de cada persona sintió que una fría gota de agua caía en el puente de su nariz, sintió un pequeño escalofrío pero no se movió. Después de aquella pequeña gota comenzaron a seguirle más hasta que la llovizna inició.

Sintió las gotas caer en su abrigo negro y después en la piel de sus desnudas manos. Abrigó éstas en los pequeños bolsillos de su abrigo y se encogió aún más al lado de su madre contra su propia sombrilla.

La llovizna desapareció y la reemplazó una lluvia bastante fuerte, nadie pareció notarlo ya que cada persona se encontraba hundida en su agonía.

Todos estaban desanimados, y era imposible ignorar los fuertes sollozos descontrolados de Shannon Hockstetter que estaba junto al ataúd de su hijo, lo rodeaba con sus largos y flácidos brazos. Peter Hockstetter le sostenía la sombrilla por arriba de la cabeza para que la fuerte lluvia no le causara una hipotermia. La mujer no dejaba de 'susurrarle' cosas al ataúd que técnicamente estaba vacío.

Su hijo de quince años ya no se encontraba ahí con ellos pero podía ver lo aferrada que estaba al ataúd vacío donde solo yacía un cuerpo vacío del que solía ser su amado hijo pequeño. Shannon enterró su húmedo rostro en el ramo de flores que se encontraba arriba de el ataúd y sollozó aún más fuerte.

Sus sollozos perdían el discurso que estaba dando el sacerdote, nadie podía prestarle atención al hombre que hacía sus esfuerzos mientras se empapaba de agua.

Su mirada viajó a Lilly Hockstetter que cubría su rostro con una tela de encaje negro cual viuda. Le fue imposible saber si estaba llorando. Probablemente lo hacía.

Se removió incómoda en su lugar y no notó que había retrocedido cuando Agnes posó su mano en su hombro y le dio un suave apretón, avanzó un paso. El húmedo césped crujió bajo su zapato.

Y no pudo evitar volver a él.

Henry estaba sosteniendo su sombrilla, detrás de él estaba Oscar que se había hecho el digno y se estaba empapando de agua. Henry tenía la mirada perdida y miraba un punto fijo en la nada, lejos de mirar el ataúd de su viejo amigo.

El lamentable ambiente pareció decaer aún más cuando Peter tomó delicadamente el brazo de su esposa y trató de separarla del ataúd. La mujer gritó que no la tocara, que la dejara estar con su hijo unos momentos más. Pudo escuchar cómo Agnes luchaba por no romperse a mitad de el funeral.