Capítulo 43

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El tacto de unos suaves y húmedos labios lo despertó, se resignó a abrir sus ojos y se dedicó a disfrutarlo unos pocos segundos más

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El tacto de unos suaves y húmedos labios lo despertó, se resignó a abrir sus ojos y se dedicó a disfrutarlo unos pocos segundos más. De no ser porque la chica cada vez iba bajando sus besos. Bajó a su cuello, después a su pecho.
Empezó a ser más difícil el fingir dormir. Sus labios se sentían tan bien al contacto de su piel que simplemente no quería interrumpirlo.

Sé que estás despierto.

No pudo evitar sonreír, escuchó una risilla traviesa, sus labios dejaron de rozar su piel. Sintió cómo el colchón se hundía un poco a su lado, después la chica tomó su brazo y lo extendió para poder recostarse sobre él y después cerrarlo en sí misma.

¿Cómo pretendes que siga dormido después de ese.. pequeño acto? aún cuando tenía sus ojos cerrados pudo sentir la sonrisa que tenía.

Estaba aburrida, y llevas bastantes horas dormido. Te extrañaba recargó su mentón en el pecho de él. Su suave respiración rozaba con sus labios.

Pero si estuvimos toda la noche..

Ni siquiera pudo terminar porque ella le dio un manotazo haciendo que él riera, Esther se acercó y recargándose en sus brazos lo besó en los labios. Penn, claramente gustoso, le correspondió el beso, su mano viajó a su nuca donde la acercó más. Sus pechos desnudos rozaron su pecho.

Era la mejor manera de despertar.

Esther se separó con una sonrisa satisfecha, Penn abrió sus ojos y sonrió.

Ni siquiera me he lavado los dientes Esther se encogió de hombros.

Hemos hecho cosas más sucias que esoPenn no pudo evitar reír . Anda, levántate.

• • •

Esther tomó su ropa interior y comenzó a colocársela, Penn miraba con atención y fascinación. A la chica ya ni le importaba y ni siquiera lo notaba, después de varios años. Esther se agachó y tomó los calzoncillos que se le habían resbalado de sus resbaladizos dedos y volvió a colocárselos entre las piernas. Penn pasó su mano por sus labios y se relamió. Si seguía así le sería imposible poder ir a la casa de sus padres.

Deja de mirarme como si quisieras devorarme espetó la chica, al reaccionar miró su rostro asomándose por su hombro. Tenía una sonrisa inocente.

« Y no sabe nada »

No me estás ayudando mucho la chica ensanchó su sonrisa y se giró. Lamentablemente ya tenía puesto su sujetador, pero su tela era tan barata y vieja que podía ver a través de ella sus pezones.

Don't Have Fear ⊶ b. s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora