𝙇𝙄𝘽𝙍𝙊 𝙄
𝐃𝐇𝐅 || ❝En esta vida, y en todas las que vengan. ❞
#4 - #pennywise - 01/07/21
#11 - #it - 17/06/21
#1 - #billskarsgard - 11/05/21
#4 - #derry - 03/04/23
portada hecha por mí <3
el inicio del segundo libro ya lo puedes encontrar en m...
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Quizá sus acciones en esos momentos no eran demasiado inteligentes ni buenas. Pero lo que menos le importaba en esos momentos era si lo que hacía era correcto o no. Odiaba cuando actuaba precipitadamente y ni siquiera se detenía a pensar en las consecuencias de sus estúpidos e infantiles actos. Solo sabía una cosa.
Quería hacerlo enojar.
Así que antes de que pudiera arrepentirse o siquiera a volver a pensar en ello caminó en dirección a la pandilla de motociclistas afuera de el bar de Charlie, todos la miraron extrañados.
Media hora después se encontraba en el callejón con el chico besando su cuello y con sus manos dentro de su sudadera. Tenía una expresión impasible, pero no importaba.
El chico parecía disfrutarlo bastante porque podía escuchar sus gruñidos. Patético.
Sus manos bajaron a sus piernas, Alice obedeció y dio un pequeño salto hasta que sus piernas rodearon la cintura de el chico.. ¿cómo se llamaba?
—Cooper.
Quizá pensó en voz alta.
Le tomó poca importancia, sintió que el chico la sostenía de manera que no se cayera y llevó sus manos libres a la hebilla de su cinturón. El chico tenía sus manos temblorosas y ni siquiera podía desabrochar la estúpida hebilla. Alice giró los ojos y le ayudó, mientras ella lo desabrochaba ágilmente el chico volvió a atacar su cuello. Arrojó el cinturón al otro lado del callejón, escuchó cómo el chico se bajaba los pantalones.
Alice se impacientó y con sus manos le bajó los calzoncillos, el chico sonrió pícaramente.
—No nos apresuremos, linda.
Alice sonrió inocentemente.
—No puedo resistir tanto, Cooper —el chico la ojeó con una sonrisa.
No perdió más tiempo, llevó sus manos a los pants de Alice y los bajó con agilidad, los arrojó al otro lado junto su cinturón y después de un tirón rompió las bragas de encaje que Agnes le había comprado la semana pasada.
—¡Ey, eran nuevas! —dijo haciendo puchero mientras veía el cadáver de su ropa interior en el mugroso suelo del callejón. El chico soltó una risilla.
—Te compraré otro.
Alice sonrió, el chico ésta vez la besó en los labios. Alice se vio obligada a corresponderle. Sintió que la lengua del chico buscaba la suya.