Salgo de la oficina y tan pronto lo hago Santiago aguardaba por mí y las ganas de correrlo con un par de improperios no me hacen falta.—Haley, tenemos que hablar —pide caminando tras de mí, pues no me he detenido para saber que quiere —. Sé que estás molesta por todo lo que está pasando y que no estás de acuerdo con que sea yo el vicepresidente, pero no ha sido mi culpa.
—¿No? —interrogo, sin dejar de caminar—. A mí me pareció que estabas muy feliz.
—Es una gran oportunidad, pero te aseguro que no tengo nada que ver con esto —se justifica—. Además, el señor Cormac así lo quiere ahora que está pasando todo esto con Adanson.
Me toma del antebrazo deteniendo mi andar, pero tan pronto lo hace Matt aparece y le quita la mano de forma brusca.
—No la toques —riñe con los dientes apretados, mientras se posiciona a mi lado y me acerca a su cuerpo de forma posesiva.
—Estoy hablando con ella —le reta con la mirada y sus palabras salen altivas.
—No es necesario que la toques para hablar con ella —refuta—. Así que mantén tus manos lejos y evita que tenga que repetírtelo—advierte—. ¿Está todo bien? —pregunta, cuando con sutileza gira mi rostro para que le vea, a lo cual asiento.
—Santiago, te llamare a mi oficina cuando quiera hablar contigo —le informo—. Por ahora no tenemos nada de qué hablar.
Matt no permite que esperemos respuesta, me toma de la mano y empieza a caminar halando de mí. Por un momento siento que es un chiquillo haciendo una rabieta sin sentido, así que cuando estamos lo suficientemente lejos no puedo hacer otra cosa que reír, mientras lo escucho refunfuñar.
—No te rías —gruñe—. Solo mira cómo vas vestida y como el imbécil de Santiago te comía con los ojos.
Habla como mi padre y eso solo consigue hacerme estallar en carcajadas.
Salimos al aparcamiento y no he parado de reír durante el trayecto, Matt luce tan molesto que me resulta divertido conocer esa faceta tan protectora de él. Nunca antes le había visto de ese modo y tampoco imagine que me haría reír tanto.
Una vez fuera veo el hermoso bugatti de Aaron y él permanece recargo sobre el capo, así que mi ataque de risa empieza a disminuir. Matt se da cuenta de eso y voltea para ver qué es lo que yo estoy viendo.
—¿Vas a salir con él? —inquiere—. Estamos en una crisis en la compañía y quieres irte de fiesta —niega con la cabeza en desaprobación.
—Sí, Matt. Necesito distraerme un poco. Solo será hoy —prometo.
—Sabes que ese tipo no me cae bien —me recuerda—. Hay algo en él que no me inspira confianza.
Ya escuché todo un sermón de su parte, buscó uno y mil pretextos para hacerme creer que Aaron irradia un aura de maldad y misterio peligrosa. Supongo que es su afán de protegerme todo hombre le parece malo y no merecedor de mí.
—Lo sé, pero ya te dije que seré cuidadosa —le prometo una vez más.
—Está bien —acepta—. Estaré al pendiente de mi móvil por cualquier cosa que necesites, ¿sí?
Asiento, entonces queda ligeramente complacido y deja un beso en mi frente antes de encaminarse hasta su coche, pero no sin antes darle una mirada de seriedad a mi dios griego.
Camino hasta el hombre de aspecto misterioso que mantiene su cuerpo recargado sobre el coche y una vez que llego a su lado me atrae a su cuerpo y sus labios se estampan en los míos con ferocidad. Su lengua entra en mi cavidad bucal saqueando todo a su paso y no podría pedir mejor recibimiento que este. Sus manos bajan a mis glúteos y los masajea por sobre la tela del vestido y le escucho gruñir.
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Enfrentando a La Bestia
ChickLitSer valiente, fuerte y tomar las mejores decisiones es algo que solo se consigue después de perder el miedo, de haber sido débil y de haber cometido muchos errores. [SINOPSIS COMPLETA DENTRO] Obra registrada en el Instituto de la Propiedad Intelect...