—Arquitecta, la señorita Klein está aquí —informa la secretaria del piso directivo.
Entonces recuerdo que habíamos quedado de vernos a mi regreso y que ni siquiera le avise que ya estaba de vuelta. Joder, que pésima amiga que soy.
—Hazle pasar —respondo.
A los pocos segundos la puerta se abre y Alyson aparece por la puerta con una gran sonrisa que me deja claro que no está molesta por mi falta de atención hacia ella en los últimos días.—Bienvenida —musito, al tiempo que me acerco a ella y la abrazo.
—Seguro vine en mal momento con todo lo que está pasando, pero no aguante las ganas de venir a verte y saber que estas bien —explica, sin dejar de mirarme.—No te preocupes, me alegra que estés aquí —le digo, con una sonrisa y le hago una señal con la mano para que nos sentemos en el área de descanso.
—¿Desde cuándo tu oficina parece jardín? —interroga.
Entonces veo a mi alrededor y no hay una sola mesa en la que no descanse un arreglo de flores, todas enviadas por la misma persona. Cada día llega uno diferente he tenido que sacar algunos ya marchitos y otros dejarlos como decoración en la sala de juntas. Y, aunque nunca he sido apasionada por las flores, no puedo decirle que dejes de enviarlas porque me gustan, porque me encanta ese aroma a frescura que desprenden, porque me recuerdan a él y eso me hace sentirme viva.
—Aly, creo que estoy enamorada —suelto sin más.
Ella abre los ojos en sorpresa y parece ligeramente contrariada por mis palabras, le toma un momento reaccionar, pero cuando lo hace ensancha una sonrisa.
—¡Ay, no lo puedo creer! —chilla, con entusiasmo—. Es una gran noticia, debemos celebrar esto. Puedo preparar una cena con tu familia, hacer oficial su relación y...
—Detente —la interrumpo—. No hay nada que festejar. Para todos yo tengo una relación con Santiago y eso todavía no puede cambiar, además, yo no puedo tener ninguna relación formal con Aaron.
—¿Por qué? —inquiere—. Es el hombre del que estás enamorada y nada más debe importarte.
Quiera de alguna manera que todo fuera tan sencillo, que estar enamorada fuera suficiente para que nada me importe, pero no es así y no puede ser así. Yo no puedo renunciar a todo por él, no puedo dejar lo que tanto me acostado por él. Tengo la certeza que padre no aceptaría que yo tenga una relación con alguien que se dedica a correr coches de forma ilegal. Estoy segura que me sacaría de la empresa sin ninguna contemplación y no puedo dejar que eso ocurra.
Entonces, lo cuente todo, le hablo de ese hombre que tiene mi cabeza hecha un lio, que me ha hecho vivir momentos extraordinarios, que me hace sentir viva. Le cuento lo feliz que soy a su lado, lo mucho que lo necesito, las ganas que tengo de no dejarlo ir, pero también le hablo de mis miedos, de la razón por la que no puedo dar el siguiente paso.
—Soy una Cranston y no puedo renunciar a serlo —le recuerdo una vez más.
—Al diablo eso —masculla—. Toda tu vida has renunciado a lo que quieres, incluso renuncias a ti misma por seguir lo que tu padre quiere que sigas. Ya basta, se feliz por una vez, deja que se caiga el mundo, pero se feliz.
—No lo entiendes...
—No quiero entender nada —me corta—. Entiéndelo tú, la vida es solo una y debes vivirla ahora; ahora que puedes, ahora que estás viva y tienes la felicidad a un paso.
No pude hacer que Alyson me diera la razón y comprendiera mis motivos para negarme a formalizar algo con Aaron. Se marchó después de más de una hora de conversación en la que no llegamos a nada. He pasado el resto del día pensando en sus últimas palabras antes de marcharse: Arriesga, aventúrate y ama con toda intensidad, si no lo haces ahora te arrepentirás el resto de tu vida.
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Enfrentando a La Bestia
Chick-LitSer valiente, fuerte y tomar las mejores decisiones es algo que solo se consigue después de perder el miedo, de haber sido débil y de haber cometido muchos errores. [SINOPSIS COMPLETA DENTRO] Obra registrada en el Instituto de la Propiedad Intelect...