—Yo no necesito ninguna relación formal y mucho menos contigo —le aclaro—. Tú y yo solo fingimos algo y fue porque así lo quisiste, yo no te lo pide.
—¡Te ayude! —exclama—. No encontraras mejor hombre que yo para la vida que te espera. Ese tipo no está ni cerca de ser digno de tu apellido.
«A la mierda todos mis buenos modales».
—¡NO PEDI TU AYUDA! —grito exasperada—. Y no eres tú ni nadie quien dirá quién es digno o no de mi maldito apellido. Mantente al margue de mi vida, aléjate —advierto—. Ahora largo de mi oficina y no vuelvas a dirigirme la palabra sino es estrictamente laboral.
Le señalo la puerta en una clara invitación a que se marche, pero se me queda viendo con enfado. Su rostro no puede ocultar la molestia tras mis palabras. Después de unos largos segundos termina saliendo de mi oficina y es cuando me paso las manos por el rostro con verdadero agotamiento.
Salir con Aaron resulta ser más agradable que cualquier otra cosa, justo ahora conduce por las atestadas calles de Manhattan mientras ambos cantamos a todo pulmón una canción de una de mis artistas favoritas y me sorprende que tengamos gustos musicales tan similares. Al tenerlo tan cerca, escuchar su voz y su risa no puedo dejar de sentir que es aquí donde quiero estar, que es con él con quien quiero pasar el resto del día después de una larga jornada de trabajo, que es con él con quien quiero olvidarme del mundo.
Después de unos minutos en carretera llegamos a un lugar que a simple vista parecía un centro nocturno por las luces de colores que se filtraban por las ventanas. En el aparcamiento no había muchos coches, así que supongo que no es un lugar muy concurrido y eso es bueno para mí.
—Esto es un....
—Una taberna —termina por decir, con una sonrisa que se me antoja divertida, supongo que por la cara de confusión que ahora mismo estoy poniendo—. Digamos que un poco menos sofisticado que esos bares que acostumbras a visitar.
Su breve y clara explicación me deja un poco más tranquila, así que dejo mi cartera en su coche, solo saco mi móvil y entramos al lugar.
El lugar no es tan grande y mucho menos ostentoso, tiene algunas mesas de madera en la que en el centro hay un recipiente con lo que creo son gomas de mascar, una barra en la que se exhiben botellas de vinos y algunas cervezas, un par de chicas llevan unas bandejas con bebidas hasta las mesas ya ocupadas y hay un improvisado escenario con un micrófono en el que supongo se presenta alguien a cantar.
—Hoy quiero sacarte de tu zona de confort —advierte—. La pasaremos bien, ya verás.
No hago más que sonreírle, esperando que de verdad la pasemos bien, después de todo creo que merezco un poco de diversión entre tanto caos que es mi vida. no puedo negar que desde que inicie a liderar la compañía he salido más que en toda mi vida, pero es lo menos que puedo hacer después de tantos años de sumisión a las estrictas normas impuestas por mi padre. Ahora tengo más libertad y no pienso desaprovecharla ni un poco.
Aaron sugirió tomar cerveza artesanal, argumentando que este es el mejor lugar para degustar de esta bebida, así que no puse objeción y estoy complacida de no haberlo hecho ya que el trago es realmente bueno.
Mientras platicábamos de los muchos otros lugares que conoce una voz se escucha por las bocinas anunciando que el animador de la noche ya ha llegado y está listo para salir, así que presto total atención a la persona que sube al escenario de madera rustica y es un joven de no más de una veintena de años, vistiendo ropas de mezclilla y zapatillas deportivas. Toma el micrófono a su lado y hace una reverencia a modo de saludo, pero tan pronto lo hace un estruendoso ruido simulando un gas se hace presente y la gente ríe a carcajadas, incluido Aaron.
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Enfrentando a La Bestia
ChickLitSer valiente, fuerte y tomar las mejores decisiones es algo que solo se consigue después de perder el miedo, de haber sido débil y de haber cometido muchos errores. [SINOPSIS COMPLETA DENTRO] Obra registrada en el Instituto de la Propiedad Intelect...