CAPÍTULO 14

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La mañana llego y yo no pude pegar los ojos ni un solo segundo, pasé la noche entera revisando la información de las posibles compañías proveedoras con las que podíamos contar, pero simplemente ninguna parecía llenar mis expectativas.

Salí de la casa a prisas, apenas había podido comer un poco del desayuno. Mi estómago parecía cerrarse cuando estaba bajo mucha tensión. Llegue a la oficina y la noticia de la compañía que había quebrado era el tema de conversación en todo el edificio, y sabía que no era solo por la quiebra de la empresa, era por el impacto que eso podía traernos a nosotros.

Oliver como siempre ya me esperaba, pero tenía cara de no portar buenas noticias.

—Señorita, buenos días —saluda—. Lamento tener que iniciar el día con malas noticias, pero tenemos a varios de los clientes esperando para la cancelación de sus proyectos.

—¡¿Qué?! ¿De qué hablas? —inquiero aun sin comprender

—Al parecer creen que no podremos cumplir ahora que nos hemos quedado sin proveedor —explica—. Exigen la cancelación de los proyectos y la devolución del dinero para irse a otra constructora.

—¡Esto debe ser una jodida broma! —digo incrédula—. Manda a la mierda a esa gente ahora mismo y pide al departamento de finanzas que les devuelva ese dinero.

No voy a detener a un par de imbéciles que no confían en nuestra compañía y en la capacidad que tenemos para resolver las dificultades que se nos presentas.

—Mi humilde opinión es que debemos calmarlos y asegurarles que los proyectos se llevaran a cabo en tiempo y forma —sugiere—. Hable con el joven Matt hace un momento y dice que si les devolvemos el dinero nos veremos en serios problemas.

—¡Por Dios! Un par de proyectos no van a desestabilizarnos —refuto.

—No son un par —responde—. Hay más de diez proyectos que quieren irse.

«¡Joder! Esto no puede estarme pasando».

Padre tenía razón, la quiebra de esa compañía nos puede traer la quiebra a nosotros también.

La sola idea de vernos en problemas económicos me aterra, no puedo venir empezando y verme envuelta en esta situación tan caótica, no puedo permitirme que todo el trabajo de mi padre se vaya a la basura y con ello mis sueños e ilusiones también.

«Cálmate, Haley, encontraras una solución al problema—me digo mentalmente—, tú te preparaste para enfrentar lo que sea que se venga».

—Necesito pensar, Oliver —musito y él asiente y sale de la oficina.

Empiezo a buscar en mi computador compañías extranjeras que puedan proveernos los insumos necesarios, pero según su información los envíos pueden tardar semanas y no podemos esperar tanto tiempo, no cuando tengo proyectos esperando iniciar mañana y otros retrasados.

Las opciones eran limitadas, mi tiempo también lo es, tengo decisiones que tomar a la menor brevedad posible y sin cometer errores que puedan poner en riesgo la estabilidad de la compañía.

La puerta se abre y Matt entra en la estancia, parece ligeramente preocupado, así que eso es clara señal que el panorama no pinta bien para nosotros.

—No más malas noticias —pido, horrorizada porque algo más haya pasado y eso sea lo que viene a decirme—. Ya hay suficientes problemas

—Lo siento, Haley, pero tengo que decirlo —dice con pesar, así que me preparo para lo peor—. Primero, los abogados me notificaron que recuperar el dinero que se le dio a la compañía tomara meses, incluso puede demorar más de un año, así que no podemos contar con ese dinero, por ahora es una pérdida significativa; segundo, tenemos a todos los medios de comunicación afuera pidiendo que des la cara, pues se ha filtrado la noticia de que hay quienes están cancelando sus proyectos con la compañía.

Enfrentando a La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora