XIII

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—Vayamos a comprar un lienzo —dijo el omega, mientras caminaba tomado de la mano del alfa

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—Vayamos a comprar un lienzo —dijo el omega, mientras caminaba tomado de la mano del alfa.

—Vamos por un lienzo —sonrió el alfa.

Caminaron hasta una pequeña tienda, comprando un lienzo pequeño, usarían las pinturas que tenían en casa.

Caminaban embobados, robando miradas de los parisinos, era tan notable lo enamorados que estaban, sus miradas bobas y las risas que salían se sus labios al dar vueltas y abrazarse al caminar.

Mientras caminaban a casa, una pequeña tienes de flores se cruzó en su camino, habían hermosas rosas rojas en la entrada.

—Pourrais-je avoir une de ces roses s'il vous plaît? [¿Podría darme una de estas rosas, por favor?] —pidió el alfa.

El viejo hombre que se encontraba en la entrada asintió, tomando una de las rosas, sacando una pequeña daga de su bolsillo, cortando el tallo de la flor para que esta no quedara del todo grande.

—Una rosa per te, amore mío [Una rosa para ti, mi amor]

—Gracias —dejó un corto besito en los labios del alfa, acariciando sus cabellos.

Empezaron a caminar abrazados, Harry dejando pequeños besitos por todo el rostro de Louis, haciendo que este se sonrojara.

—Para un poco grandote —dijo mientras reía—, hace cosquillas.

—Cos-cosqui ag —bufó—, ¿eso malo para sol?

—No, las solletico [cosquillas] no me hacen daño, puedes estar tranquilo grandote.

Harry dejó un corto beso sobre los labios de Louis, sin siquiera notarlo se encontraban frente a su casa, la que realmente sentían como una, porque estaban en compañía del otro.

—¿Para qué querías el lienzo sol?

—Hay muchos cuadros aquí, quiero te tengamos uno echo por nosotros en nuestra casa — sonrió, arrugando sus ojitos.

—Pintemos las paredes si también lo quieres sol, este es nuestro hogar.

Los ojitos de Louis brillaban, quizás no era el mejor pintando pero si aquel hermoso lugar era ahora suyo, pintaría cada rincón con los más lindos colores.

—Ve a ponerte algo y empezamos a pintar todo este lugar grandote. —Louis corrió hasta Harry, abrazándolo con fuerza, jamás se había sentido tan feliz en su vida, como lo era al lado de Harry.

—¿Te parece ir moviendo los muebles en lo que bajo? —el alfa miraba embobado al omega, besando lento a Louis, es quizás que aquellos finos y rosados labios fueron echos para encajar perfectamente con los suyos.

–Te quiero —su pequeña nariz rosaba con la del alfa, sus ojitos cerrados y una boba sonrisa en sus labios.

—Y yo a ti —tomó las caderas del omega pegándolo a su cuerpo, abrazándolo.

—Ahora ve —empujó a Harry hasta las escaleras.

Louis tan solo se quitó el suéter que llevaba y los pantalones también, el polo blanco que llevaba puesto era lo suficientemente grande para cubrir sus muslos, era claro que era uno de los polos que Harry usaba para hacer ejercicio, y puede que Louis  la haya tomado prestada sin que Harry se dé cuenta.

—No te rompas, no te rompas —tomó con miedo uno de los cuadros, todos los que decoraban la casa eran extremadamente grandes.

—¡Espera! —gritó el alfa mientras, literalmente, saltaba de las escaleras corriendo hasta donde el omega, tomando el cuadro, dejándolo sobre la mesa del salón— ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño, sol?

—Si, tranquilo —se dejó revisar de todas formas por el asustado alfa.

Luego de quitar todo los cuadros, empujar los muebles, y claramente, poner a Queen a todo volumen, empezaron a pensar que pintar en aquellas blancas paredes.

—¡Ya lo sé! —gritó entusiasmado el omega—, dame tu mano grandote.

El alfa sin dudarlo, le tendió su mano, el omega empezó a pintarla de amarillo para luego pintar la suya de naranja.

—Vamos a juntar nuestras manos así —colocó su mano sobre la del alfa, sus pulgares cruzados, se acercó a la pared y marcó sus manos allí— una mariposa. —sonrió.

Harry, con un plumón anteriormente comprado, trazó la forma de una mariposa, formando las alas entre las marcas de sus dedos

Con un poco de agua que pusieron en un tazón lavaron sus manos, esta vez untando la pintura de sus respectivos color de ojos, colocaron esta vez sus manos separadas, a poca distancia de que la mancha de sus manos se tocarán, esperaron a que esta se secara para luego escribir allí "Louis & Harry".

Empezaban a llenar cada rincón de la casa con sus manos, mariposas y dibujos adorables.
Se tomaron el tiempo de tomarse fotos e imprimirlas, pegando cada foto en su pequeño nido de amor, en su hogar.

Habían fotos junto a sus manos, mensajes de amor en las paredes, ese era su hogar, un lugar donde eres feliz con lo mínimo, con pequeños actos que valían más que mil palabras.

—¡LOBITO NO HAGAS ESO! —soltó entre carcajadas el omega, el alfa se encontraba persiguiendolo por el pequeño jardín, con las manos llenas de pintura.

—Me rindo, eres muy rápido —fingió cansancio, para luego recostarse en el pasto.

—¿Estás- ¡HAA! —los brazos del alfa lo habían atrapado, cayendo al pasto junto a este.

—Eres tan suave —lo abrazó con un poco más de fuerza, sintiendo el dulce olor del omega.

—Si vas a besarme hazlo ahora —volteó su cuerpo, su rostro quedando cerca al de Harry.

El alfa juntó sus labios, todavía temían hacer algo malo durante el beso y asustar al otro. Se besaban despacio y con un sentimiento que las palabras se quedaban cortas para expresar.
Llenos de pintura, sus rostros ahora manchados con ella, sus ojos mirandose embobados, y sus lobos auyando en su interior, finalmente lo notaron, eran la jodida combinación perfecta, ¿es quizás el azul y el verde la convinacion perfecta? ¿Louis y Harry lo son? Pues de aquello no existe duda, fueron creados para encajar junto al otro, simplemente creados para enseñarle al mundo el amor más puro y real.

Besitos ruidosos 

Fratellanza (L.S) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora