Louis, desde su adolescencia, fue prostituido al presentarse como omega recesivo.
Harry, futuro heredero de la más grande mafia de toda Italia, compraría al omega sin saber las consecuencias de aquello.
La punta y la base de la gerarquia unidas por...
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Las cosas dentro de la mafia lucían extrañamente tranquilas para el joven alfa. Quien disfrutaba junto a su pequeña familia cuando no se encontraba trabajando por horas dentro de su oficina por algo que el mismo había causado.
Gemma solía pasar por casa regularmente, se encontraba quedándose en una pequeña casa en la ciudad, alejada de la mafia.
Calum y Luke se mantenían en la mansión, ayudando al omega con el pequeño niño que tenía a todos extremadamente cansados.
—¿Cómo se apaga un niño? —suspiró Calum, tirándose en el sillon.
Matthew corría por la extensa sala de la mansión, con su pequeño conejo de peluche agarrado por la oreja y su par de medias disparejas.
—Matthew ¿quieres venir con papi? —se agachó, esperando recibir al niño entre sus brazos.
—¡Mami! —chilló, corriendo a los brazos de Louis.
—Me resigno en mi intento de que me diga papi —se levantó con el niño en brazos —Despídete de tus tíos Matthy.
El menos agitó su pequeña mano en despedida, succionando el chupete entre labios mientras se relajaba ante el dulce olor de Louis.
—Louis, si podías hacer que el pequeño demonio se duerma asía de rapido, lo hubieras echo antes —bufó el rubio, acorrucándose sobre la alfombra.
—El niño tiene horario de siesta que debo cumplir para que pueda dormir corrido por la noche —señaló a los alfas—Si ustedes dos supieran sobre eso, durante la semana que lo tuvieron a cargo, hubieran dormido de manera espectacular.
Louis se alejó, dando leves palmaditas en la espalda del menor, quien dormitaba sobre sus brazos.
—Tus tíos son unos tontos —susurró— ellos debieron escucharme cuando les dije todo lo que debían hacer y leer las notas que les dejé en sus habitaciones.
—No insultes así a mis amigos, sol —susurró, abrazando por detrás al omega.
—Lobo tonto, no vuelvas a asustarme así —rió, besando rápidamente al alfa.
—Es que tu olor está más dulce de lo normal, y no podía resistirme a abrazarte un poquito —el alfa escondió su rostro en el cuello del omega, ocultando sus sonrojadas mejillas.
—¿Mi olor más dulce? —preguntó, pegando su cuerpo al del alfa.
—Tal vez es por el celo. ¿No quieres hablar con Zayn, Niall o Gemma sobre eso? —tomó con delicadeza al niño que dormía sobre los brazos de su amante— No sé mucho sobre omegas, quizás podemos ir al hospital si quieres estar más seguro.
—Tranquilo lobito, ahora regreso. —besó los labios del alfa, y caminó con rapidez hasta la cocina.
Buscó por todos lados la cabellera oscura de su amigo, la cocina jamás había estado tan repleta de gente como ese día.
