XI

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—Sole [sol] -llamó el alfa mientras entraba a la habitación

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—Sole [sol] -llamó el alfa mientras entraba a la habitación.

—Oh, hola grandote ¿sucede algo? -dijo despegando la vista del libro que llevaba en manos.

-En quince días acaba el cortejo y me preguntaba -tomó un poco de aire, nervioso-, ¿quieres ir a París conmigo a pasar los últimos días de cortejo? -dejó dos boletos sobre el libro de Louis.

El pequeño estaba entre feliz y sorprendido, sin dudarlo se lanzó a los brazos del alfa, acariciando el cabello de este.

-¡Claro que sí quiero ir contigo!

-Prepara tus maletas, nos iremos por la noche.

— Espera un momento, ¿por qué compraste voletos de avión si tenemos uno aquí? —acarició el rostro del alfa — ¿Es seguro para nosotros viajar en un vuelo comercial?

-Porque quiero que conozcas al Harry real, no al que tiene dinero y armas, quiero que seamos simplemente nosotros por quince días, nada malo nos pasará por romper un poco las reglas. — tomó por la cintura a su omega, apegandolo a el mientras sonreia.

-Seremos simplemente Harry y Louis por quince días -sonrió arrugado sus ojitos-. ¿Quieres ayudarme a empacar?

-Si, solo no quiero que empaques mucho de tu ropa-soltó avergonzado.

-¿Por qué? -preguntó confuso el omega.

-Porque me gusta verte usando mi ropa, así que puedes escoger las que más te gusten.

-Y a mi me gusta usarla, ven grandote empaquemos.

Y así alfa y omega empezaron a empacar entre sonrisas torpes y miradas bobas, robandose pequeños besos entre risas, sería la primera noche en que podrían disfrutar de su mera compañia.

Y así alfa y omega empezaron a empacar entre sonrisas torpes y miradas bobas, robandose pequeños besos entre risas, sería la primera noche en que podrían disfrutar de su mera compañia

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Luego de unas horas de vuelo, finalmente llegaron a París, la ciudad de las luces y el amor.

-Nos quedaremos en una vieja casa , perdón si no llega a gustarte. -comentó sin despegar la vista del camino mientras manejaba.

-Cualquier lugar es agradable si tú estas allí Harry -dejó un pequeño besito en le mejilla del alfa, haciendo que este se sonrojara.

Harry siguió conduciendo hasta llegar a aquella pequeña casa, tenia macetas con lindas flores colgando de sus balcones, y un pequeño camino de piedras que los guiaba a la puerta de la casa, al entrar, el lugar estaba decorado con lindas pinturas, con un hermoso tocadiscos y vinilos en una esquina y acogedores muebles que lo hacían lucir como el hogar que Louis siempre soñó.

-Hay una canción -empezó el alfa, caminando hacia el tocadiscos—, que desde que la escuché, juré que sólo se la dedicaría a la persona que creía correcta, así que —se dio media vuelta, avanzando hasta Louis, quedando frente a frente—, ¿me concedes esta pieza?

It's been a long, long time, empezó a sonar, el sonido de la trompeta entonando aquella dulce melodia los empezó a envolver.

—Claro que sí —tomó la mano que el alfa le tendía , envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Harry.

El alfa envolvió la cintura de Louis con sus manos, empezando un suave vaivén al ritmo de la música, siendo simplemente ellos.

Bailaban despacio, ambos nerviosos por la cercanía de sus cuerpos, pero sintiendose seguros entre los brazos del otro.

Nunca pensé que estarías
De pie aquí tan cerca de mí
Hay tanto que siento que debería decir
Pero las palabras pueden esperar hasta otro día.

Harry tomó el rostro de Louis, fijando sus miradas.

Bésame una vez
Entonces, bésame dos veces
Entonces, bésame una vez más
Ha pasado mucho, mucho tiempo

No me he sentido así, querida
Como no recuerdo cuando


—Ha pasado mucho, mucho tiempo —entonó Harry en un susurró.

Nunca sabrás
Cuantos sueños sueño contigo
O cuan vacíos parecen todos sin ti

Así que, bésame una vez
Entonces, bésame dos veces
Entonces, bésame una vez más
Ha pasado mucho, mucho tiempo

Bailaban está vez más seguros de sí mismos, con sus miradas fijas, perdiéndose en infinito univero escondido en ellos, sintiendo sus almas unirse, como si estas siempre hubieran estado destinadas a encontrarse.

—No quiero esperar quince días, porque desde el momento que cuidaste de mi, que no dejaste de visitar mi habitación aun con mi mal trato, por querer tomar el riesgo de hacerme escapar para vivir la vida que merezco —tomó el rostro del alfa entre sus manos, acercándose un poco más a él—, estoy totalmente seguro que eres el indicado Harry —sacó del bolsillo de su pantalón la pequeña cajita, tomando el anillo—, quiero tenerte como mi compañero, y ambos vivir la vida que merecemos junto a el otro, vivir todo aquello que no pudimos y querernos como nunca nadie lo hizo—se colocó el anillo, aceptando la compañia del hermoso chico.

Los ojos del alfa brillaban, la pieza empezaba a sonar nuevamente, aquella pieza que se volvería suya, que les traería el más lindo recuerdo.

—Gracias —tomó nuevamente a Louis entre sus brazos, empezando a bailar.

Sus miradas se mantenían fijas, con miedo y ganas de hacer lo mismo para sellar el momento.

Sus rostros fueron juntándose, sintiendo tan cerca la respiración del otro, sus frentes chocaban y sus ojos se mantenían cerrados.

Bésame una vez
Entonces, bésame dos veces
Entonces, bésame una vez más
Ha pasado mucho, mucho tiempo

Y sus labios finalmente se unieron, creando una suave danza, siendo tan delicados con el otro, con miedo de que aquella hermosa sensación termine.

Sentían tanto que las palabras se quedaban tan pequeñas para expresar todo lo que querían, una explosión de sentimientos y dulces palabras recorrian sus mentes, habían encontrado aquella parte de sus almas que les faltaba.

Se separaron luego de aquel momento, con sus miradas brillando y con sonrisas bobas en sus labios.

Harry tomó una pequeña flor de una de las macetas cerca a ellos, colocándola en el cabello de Louis.

—Gracias —su nariz y la de Louis se unieron en un pequeño beso esquimal.

—Gracias a ti por hacerme saber que se siente ser amado —Louis inicio un nuevo beso.

Esta vez sus lenguas se unieron también, en un beso lleno de cariño, de verdades.

Ambos corazones uniéndose por primera vez en aquella pequeña casa, reconstruyendo lo que alguna vez estuvo roto, curando heridas que creían jamás sanarian.

Al final, habían notando el inicio de lo  que las estrellas habían escrito en su destino.

Porque siempre hubo un camino de estrellas que los unia, ambos, finalmente, habían encontrado el camino a casa.

Besito ruidosos 

Fratellanza (L.S) FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora