Louis, desde su adolescencia, fue prostituido al presentarse como omega recesivo.
Harry, futuro heredero de la más grande mafia de toda Italia, compraría al omega sin saber las consecuencias de aquello.
La punta y la base de la gerarquia unidas por...
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— ¿Me puedes decir que haces un Macdonald a las tres de la mañana?.— preguntó Harry mientras manejaba para recoger su pedido.
— Tenía hambre.— respondió cabizbajo.— Son los antojos, mis cuatro meses de embarazo y yo nos merecemos una deliciosa cajita feliz y Matthew también.—- miró hacia la parte trasera del auto, el niño movía sus piecitos tarareando una canción.
— Gracias por su compra.— una beta les tendió ambas cajitas y una hamburguesa para Harry.
— Matthew abriremos eso en casa.— el alfa sabía muy bien que haría un reguero con la comida en el auto.
Aprovechó las calles vacías y manejó lo más rápido a casa, cuando llegaron el Omega junto al niño bajaron, mientras el alfa estacionada el auto.
— Al parecer ninguno de los dos quiso esperar a Harry.— fingió tristeza, y al parecer el pequeño niño había tomado muy enserio sus palabras y su expresión, su labio inferior sobresalió y empezó a llorar suavemente.— No, no llores bebé. Papá no está triste, papá solo bromeaba.— lo tomó el brazos, recostandolo en su pecho.
— ¿Perdonas?.— sus ojitos miraron a los del alfa, esperando que perdone su "cruel" traición.
— Claro que sí, ahora a comer.— lo sentó nuevamente y comieron tranquilos.
Aquellos pequeños momentos eran los más especiales, comer a las tres de la mañana por los antojos de papá Louis, reír por cualquier cosita que Matthew haga, reír por los malos chistes de papá Harry. Aquello era valioso, les llenaba el corazón, ver crecer al niño que llegó a sus vidas con tan solo año y medio, y ver cómo la pancita de Louis crecía con el tiempo, era mágico. Luego de todo lo que pasaron, vivían felices como la hermosa familia que eran.
Es corto pero espero no me odien :(, pronto les vengo con cositas nuevas mis pequeños sapitos, los amo.
