4. Amigos

379 26 4
                                        

ODETTE

- ¿Qué haces aquí? - Pregunté en un susurro alto. Estaba realmente enojada.

- ¿Qué haces tú aquí? - Preguntó él también en un susurro alto. Que ridículo, ambos nos estábamos gritando en susurros.

Miré hacia la puerta que daba al cuarto de mi hermana, de donde los gritos de mamá y Scarlett salían, de seguro hasta los vecinos escuchaban. Tomé la manga de la chaqueta negra de Andrew y lo jalé hasta mi habitación para evitar que mamá abriera el baño y lo viera discutiendo conmigo. Cerré la puerta con seguro y miré a Andrew con los brazos cruzados.

- ¿Qué haces aquí? - Pregunté ya en mi tono normal.

- Vine a ver a Scarlett. ¿Tú qué haces aquí?

- Oh, tal vez porque yo vivo aquí. - Rodé los ojos. ¿Siempre era tan idiota?

- ¿Eres hermana de Scarlett? - Preguntó él. Asentí irritada. Sí era idiota. - Bueno, eso explica muchas cosas.

El comenzó a recorrer con la mirada mi habitación hasta llegar a mi cama, en la que unos segundos después se echó plácidamente.

- ¡Ey! ¿Qué haces? ¡No te acuestes en mi cama! - Reclamé en una voz ligeramente más elevada.

- Oye, en primera baja la voz... si tu madre me encuentra, a la que le irá mal es a ti porque estoy en tu habitación y en segunda relájate; preciosa, estás muy tensa. - Dijo él despreocupado.

- Ay, no puedo creerlo. - Dije llevándome una mano a la frente. - Tengo que hablar con Scarlett muy seriamente de esto... ¿Y a qué viniste?

- Creo que es bastante obvio a que vine. - Me miró con una sonrisa burlona.

- Que asco me das.

- ¿Qué dices? - Preguntó reteniendo una carcajada. - El sexo es de los placeres más grandes de la vida, pero al parecer, debes ser la niña más virgen que mis ojos han visto si dices cosas como esa.

- Oye, no te permito que me faltes al respeto. - Lo señalé con mi dedo índice. - Y bájate de mi cama en éste instante, Andrew Ryder.

Él se tensó en el momento en que mencioné su nombre.

- No me llames Andrew, niña. - Dijo rodando los ojos.

- Y tú no me llames "niña".

El me mostró una media sonrisa.

- ¿Entonces prefieres que te diga "preciosa"?

- ¡Siempre tienes que arruinar todo, mamá! - Escuchamos el grito de Scarlett hasta mi habitación.

- ¡No me levantes la voz! ¡Soy tu madre y me respetas! - Replicó mi mamá.

- Bueno, creo que tu madre y tu hermana están ocupadas... ¿Tardarán mucho? - Preguntó Andrew mientras miraba su reloj de pulso.

- Bueno, aún falta que Scarlett comience a echarle la culpa a otra persona, luego mi mamá la castiga y al poco rato llega Erick a decirle a Scarlett que está bien y que no está castigada.

- ¿Erick? - Preguntó confundido.

- El esposo de mamá... Espera ¿por qué rayos te estoy contando ésto? - Negué con la cabeza.

- Tranquila, preciosa, afloja un poco tu sostén que estás muy estresada. - Dijo mientras se levantaba de la cama y caminaba a mi ventana.

- Eres un... ¡Agh! Sólo vete. - Contesté indignada. ¿Quién se creía éste?

Amarte a MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora