30. Adiós Scarlett (Parte 1).

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ODETTE

- Andy, apresurate, por favor. - Suplico con el nerviosismo invadiendo mi voz.

- Odette, relájate y respira, ¿quieres? - Intenta apaciguarme. - No puedo ir más rápido porque me infraccionarán o chocaremos. ¿Quieres eso y darle más problemas a tu madre?

Niego con la cabeza a modo de contestación. Mantengo mi vista en la ventanilla, viendo el paisaje nocturno pasar rápidamente ante mis ojos.

Scarlett en la estación de policía. Sólo me hacía llegar a una conclusión y era que mis papás se llevarían a Scarlett lejos de mí. Pensar en que mi hermana podría ser llevada a un internado para chicos problema me llenaba de miedo. Debía admitirlo, tenía miedo por ella. La boca del estomago me dolía por el esfuerzo de contener el llanto. No quería llorar. Si Scar me veía llorar, se preocuparía ella también.

Después de que mamá me llamara y diera la noticia de mi hermana, Connor y Kathy no dudaron en ofrecerce para llevar a Tyler a casa mientras Andy y yo íbamos a la estación de policía. Si no estuviera tan preocupada por lo que se avecina, me intrigaría la sonrisa que puso Tyler cuando le dije que Scar estaba de nuevo en problemas.

- Tranquila, Odette. - Andy me saca de mis pensamientos. Lo miro. Su rostro se ve serio pero su voz es suave, comprensiva. Quita una mano del volante y la coloca en mi muslo, cerca de mi rodilla. Su tacto me tranquiliza un poco y siento los músculos de mis hombros relajarse un poco más. - Todo estará bien, ¿de acuerdo?

- Sí. - Digo con un hilo de voz.

El resto del camino no pude evitar estar mirando la mano de Andy reposando en mi pierna, retirándose únicamente para mover la palanca de velocidades y luego volver a su lugar sobre mi muslo.

¿Por qué él hacía todo esto por mí? Será que... ¡No! No, Odette. No debes empezar a pensar en absurdos. Andy sólo está siendo empático y se encuentra preocupado también por Scarlett. Ella es su chica y yo soy sólo la hermana menor que nunca le interesará por el simple hecho de que soy todo lo contrario a lo que Scar es.

Intento despejar mi mente de todo lo demás y me concentro en la carretera iluminada sólo por los automóviles a nuestro alrededor y las farolas de alumbrado público de las calles.

No tardamos más de tres minutos cuando al fin llegamos a la estación de policía y para cuando bajo del automóvil de Andy, ya he rezado a toda deidad que se me pueda ocurrir.

Miró a los lados de la calle y me doy cuenta de que el auto de mis padres aún no está. Tal vez hay un poco de esperanza para que las cosas se salven. Entramos a la estación de policía a paso rápido y lo primero que hago es dirigirme al escritorio del oficial que se encuentra en turno; un hombre grande y robusto, de bigote y cara de pocos amigos.

- Buenas noches, jóvenes, ¿en qué les puedo ayudar? - Dice él en cuanto nos ve, con voz gruesa e intimidante.

- Buenas noches, quiero ver a la señorita Scarlett Belikov, por favor. - Respondo velozmente, como si algo me estuviera persiguiendo. Estoy asustada y mi voz lo demuestra. - La trajeron aquí hace un rato y quiero verla.

El oficial toma una tablilla con papeles del escritorio y la ojera rápidamente, se detiene una página y comienza a leer.

- Ah, si. Belikov Scarlett Camille. Está detenida por exhibicionismo, causar disturbios en un club nocturno e intentar incendiar el mismo, a demás de golpear a un oficial de policía. - Entonces el hombre me mira como si fuera obvio por qué Scar está aquí.

Y vaya que lo es.

- Ay no. - Suelto un suspiro lleno de frustración. Volteo a ver a Andy y su mirada de preocupación me lo ha dicho todo. Adiós a Scarlett.

Amarte a MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora