24. "Bed Of Roses"

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ODETTE

- Los reflectores deben dar en direccion al escenario, ¡no atrás!... Thalia, esas flores van el el pasillo, ¡y las pedí con listones plateados!... Mike, ¿quieres dejar de jugar con Max a las espadas y llevar esas luces fosforescentes a donde van? ¡Agh! Esto es un desastre.

Hoy era el maldito baile de bienvenida y ya sentía que me volvía loca. Pareciera que era el día internacional de hacer mal las cosas pues todo mundo parecía hacer algo erróneo a propósito. Eran las dos de la tarde y a penas llevábamos medio gimnasio arreglado para el baile. Faltaba aún ver los manteles, poner los centros de mesa, la comida, la bebida, la música a demás que hoy a la naturaleza se le ocurrió bajar la temperatura y afuera estaba helando lo cual me causaba problemas con la ventilación pues no podía dejar que este lugar se congelara.

- ¡Uf!, huele a que algo se quema... Ah, es tu cabeza. - Kathy me sorprende apareciendo detrás de mí. Trae un par de cafés en las manos. - Ten, te traje esto. Lo necesitas.

- Gracias. - Doy un sorbo al líquido caliente que también me sirve para no congelarme. - ¿Qué haces aquí? Tú no eres del comité.

- Pensé que necesitarías mi ayuda... - Ella da un recorrido al rededor con la mirada. - Y tenía razón. ¿En que te apoyo?

- Si pudieras ayudarme con el equipo de sonido, te lo agradecería bastante. El DJ aún no llega y necesito que todo esté funcionando cuando llegue.

- A sus órdenes, mi comandante. - Ella hace un saludo militar a forma de broma y corre a la parte de atrás donde está la mesa del DJ.

- Odette, ¿dónde debo poner estas luces? - Pregunta Tiffany, otra chica del comité. Me parece es de primer año.

- Al rededor del escenario principal. - Señalo.

- ¿Dónde? - Pregunta Edd, quien llega después de Tiffany.

- ¡Agh! ¿nadie aquí tiene imaginación?

Camino con ellos para indicarles como colocar los adornos.

- ...Y las van enredando sin que queden estiradas. Que caigan como cascada... No, así no, Edd. - Estoy a punto de salir de mis casillas. - Así está mejor.

- ¡Odette!, ¿puedes venir un momento por favor? - Me llama otra chica la cuál su nombre no recuerdo pero sé que la deje a cargo de los centros de mesa.

- ¡En un momento voy! - Respondo con un grito.

Camino hasta las gradas pegadas a la pared y me siento en el primer escalón dejando caer mi cabeza sobre mis manos, mirando al piso. Necesito descansar aunque sea unos segundos pues ya siento mi mente frita.

- Wow, alguien debe relajarse un poco o explotará. - Levanto la vista para encontrarme con Andrew. Como siempre, pantalón de mezclilla negro ajustado, una camisa gris y su típica chaqueta de cuero, mismo color del pantalón. - Hola.

- Hola, Ryder. - Saludo con cansancio.

- ¿Trabajo difícil?

- Y que lo digas, estoy agotada ya y a penas llevamos medio gimnasio.

Él se sienta junto a mí y por alguna extraña razón me alegra que lo haga.

- ¿Qué estás tomando? - Señala mi vaso de unicel.

- Café.

- ¿No sería mejor un té?

- Detesto el té. - Respondo con naturalidad. - A demás, el café me mantiene activa y es lo que necesito ahora.

- De acuerdo.

Un breve silencio se forma mientras él y yo seguimos mirando como los demás van de un lado a otro. Es extraño pero el tener a Andy a mi lado en este momento me trae más paz que cualquier otra cosa, su simple presencia me tranquiliza pero al mismo tiempo me inquieta. Me inquieta por otra parte, y por más que no quiera admitirlo, me pone nerviosa estar con él.

Amarte a MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora