ANDY
- ¿Y tú dejaste que esa putilla te golpeara como si nada?! - Exclamó Juliett molesta mientras iba de un lado a otro en la sala de mi departamento. Charlie y yo simplemente la observábamos, tumbados en el sillón frente al televisor.
Charlie era más que mi mascota. Era mi amigo y compañero de siempre. Un perro pitbull negro de a penas tres años de edad. Todo el año que Juliett y yo estuvimos en Alemania, el pobre estuvo bajo el cuidado de la tía Edna.
- ¿Qué se supone que debía hacerle? ¿golpearla? Por favor, Juliett, sabes que no golpeo mujeres. - Respondí mientras cambiaba el canal de la televisión perezosamente. No tenía muchas ganas de discutir con mi hermanita, quien en cuanto se enteró de lo sucedido ayer, lo primero que hizo fue venir a reclamarme el por qué no se lo conté antes.
- ¡Pero al menos le hubieras dicho algo que la dejara en su lugar! - Me encogí de hombros quitando importancia al tema y entonces ella se tiró rendida en el sofá, junto a mí y Charlie. - Nunca te has dejado insultar y mucho menos golpear por alguien, aunque fuera mujer. ¿Por qué está vez sí?
- No lo sé. - Contesté con sinceridad. - Supongo que esta vez de verdad fue mi culpa y me lo merecía.
- ¿Quién eres y qué rayos hiciste con mi hermano? - Me miró con ojos entrecerrados.
Yo solté un suspiro de exasperación mientras rodaba los ojos. Ya le había dado yo bastantes vueltas a este asunto como para ahora tener que repetirlos y esta vez en voz alta frente a alguien.
- Mira, Scarlett tuvo razón. Si algo le hubiera pasado a su hermana...
- ¡Aguarda! ¿la chica con la que competiste ayer fue Odette? ¿MI AMIGA ODETTE? - Asentí extrañado.
- Creí que te lo habían contado.
- ¡Pues evidentemente no! Sólo me dijeron que corriste con una chica y la gran Scarlett te bofeteó por eso pero... Ahora eso tiene sentido. - Ella se quedó mirando a la nada como si estuviera teniendo una especie de epifanía. Acto seguido, ella mi miró furiosa y estrelló con fuerza su puño en mi brazo izquierdo.
- ¡Ouch! ¿Y eso que mierda fue? - Prorrumpí con sorpresa. ¿Qué demonios le pasaba a las chicas a mi alrededor que últimamente sentían el instinto de golpearme?
- Te dije que mantengas a esa cosa, - Señaló mi entrepierna. - alejada de las piernas de mi amiga Odette. Ella es la única esperanza de amistad femenina en la que tú no termines involucrado y provoque que ella me odie a mi también.
- ¡Ay, por favor! - Repliqué. - Tienes amigas. ¿Qué me dices de la chica castaña con la que fuiste a la estética ayer?
- ¿Quién? ¿Melissa? ¡También te acostaste con ella!... - Explotó. - A demás, quiero seguir siendo amiga de Odette. Es lindo estar con alguien que no me pregunté por ti cada veinte minutos.
- ¡No jodas! ¿Las pocas amigas que te quedan preguntan por mí? - Pregunté sorprendido. Digo, sabía que era bueno con las chicas pero no recordaba que fuera un puto amo.
- Sí, todo el tiempo. Es horrible. - Replicó Juliett en tono de burla.
- Muy graciosa, cara de pulga. - Reí mientras tomaba un pequeño cojín que hacía juego con el sofá y lo arrojé en su dirección.
- Que maduro, Dennis. - Ella también reía mientras se acomodaba su ligeramente despeinado cabello. En ese mismo instante, el timbre sonó y Charlie se levantó para correr hacia la puerta mientras ladraba. - ¿Esperabas a alguien? - Preguntó Juliett.
- No. - Respondí y me levanté con pereza del sillón para abrir la puerta, encontrándome con Scarlett parada fuera del mi departamento.
- Hola Andy. - Saludó con voz seca. Su rostro estaba serio, casi era un reflejo del orgullo de esta chica. Pero eso no quitaba lo candente que se veía en sus falda de mezclilla y su blusa escotada. MUY escotada.

ESTÁS LEYENDO
Amarte a Morir
Teen FictionDos hermanas: Ángel y demonio. Un muchacho: Los mismos problemas. Triángulos amorosos, círculos viciosos. Nadie estará a salvo. ¿Por quién te dejarás llevar? ¿Te permitirás ir al cielo o te dejarás arrastrar por el infierno?