5. Lluvia

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ODETTE

- ¿Qué hace él aquí? - Pregunté a Scarlett con voz seca.

- Vinimos a... jugar un rato. - Contestó Scarlett mientras miraba a Andrew con picardía, a lo que él le respondió con un guiño.

- Scarlett, ¿podrías respetar esta casa por una vez en la vida?

- Oye tranquila, pequeñita, si quieres unirte sólo dilo. - Habló Andrew aumentando mi enojo.

- Ey, tampoco te pases con ella, sigue siendo mi hermana. - Scar lo señaló con el dedo índice y una mirada seria.

Andrew levantó los brazos fingiendo inocencia mientras en su rostro se veía una sonrisa contenida.

- Mejor voy por un emparedado. - Dijo él despreocupado y salió directo a la cocina.

- Scarlett, no me gusta ese tipo. - Ella cruzó los brazos con exasperación. - Mira, sabes que nunca me meto en tus asuntos, ni te digo con quien salir y quien no, pero de verdad algo me da mala espina en este chico.

- Odi, está bien. - Dijo tranquilamente. - Mira te prometo que sólo es un poco de diversión, ya sabes que luego me aburrirá y tendré que buscar a alguien más.

- Pero...

- Todo estará bien, te lo prometo. - Ella sonrió con confianza. Yo le respondí con otra sonrisa pero un poco más fingida.

- Bien. - Bufé. Tomé mi mochila que había dejado caer al piso para colocarla en mi hombro. - Iré arriba y por favor, no quiero que hayan problemas hoy.

Caminé a las escaleras.

- ¿No confías en mí? - Se llevó una mano al pecho como si estuviera ofendida.

- Confío en ti... él es quien me preocupa. - Señalé a la cocina con la cabeza.

- Sí,  sí,  sí. - Rodó los ojos otra vez. - Ve a hacer tus ecuaciones.

Negué con la cabeza mientras le dedicaba una sonrisa y subí las escaleras hasta llegar a mi cuarto.
Yo confío en Scarlett, siempre lo he hecho pero un cosquilleo en el pecho me decía que no debía estar tan segura. Ryder me daba mala espina, algo muy dentro de mí me decía que muchas cosas podían pasar si él seguía en nuestras vidas.

Intenté no pensar mucho en eso, así que decidí encerrarme en mi cuarto para leer un poco. Leer, me ayudaba a sacar la mente de los problemas y del mundo exterior. ¿Qué mejor forma de desaparecerme un rato de este mundo que estando sentada en la comodidad de mi cama, concentrada en la historia de una chica y un ángel caído?

La concentración y tranquilidad que reinaban, no duraron mucho, puesto que desde fuera de mi habitación, se escuchaban las risas de Scar y Ryder subiendo por las escaleras y lo próximo que escuché, fue la puerta de su cuarto cerrarse y el estéreo de mi hermana a todo volumen con un rock pesado haciendo vibrar las ventajas por el sonido alto.

Oh, ¿es en serio?

[...]

La casa de Katherine no quedaba muy lejos de la mía, estaba a unas cuatro cuadras de hecho, así que no era muy difícil para mí ir caminando para poder visitarla.

Las gotas de lluvia golpeaban mi paraguas rosa y resbalaban por éste a mi alrededor. Las botas negras que traías puestas se sentían resbalosas con cada paso que daba contra el pavimento mojado y el leve sonido del agua cayendo se mezclaba con el ritmo de la música de Falling in Reverse que sonaba por mis audífonos.

Detestaba que el clima no fuera constante últimamente, es decir, un día está soleado, caluroso y el día siguiente nublado y lluvioso, era una locura. No me mal interpreten, amaba la lluvia, así como también me gustaba caminar bajo ella, era algo reconfortante para mí. Aunque dicen que la lluvia hace los días más tristes, yo nunca he sentido algo como eso, por el contrario, cuando camino bajo la lluvia; siento ganas de bailar y cantar como un video musical.

Amarte a MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora