Cuarto libro.
Segunda generación, de mi saga anterior. +18
Pecadores de tiempo completo... el pecado vive en el alma de los trillizos Hoffmann, son tres seres diferentes pero atados por una misma cadena, una pesada que no pueden ni quieren cortar...
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Sunshine
Washington, Estados Unidos Junio 15
Tomo aire acomodandome el cabello detrás de la oreja, me siento bien de volver a casa después de tanto tiempo, me acomodo los lentes de sol sobre la cabeza dejando que me bajen la maleta del jet privado.
La brisa me golpea la cara ligeramente.
Siento que ha pasado un siglo.
𑁋Señorita, la camioneta la espera. 𑁋me dicen abriendome la puerta de la camioneta.
𑁋¡Pues que me esperen más! 𑁋me enojo𑁋 Acabo de llegar, estuve sentada sobre un puto asiento por casi 7 horas, asi que dejenme estirar.
Rodeo los ojos y el empleado traga saliva. Bajo los escalones, levanto los brazos y doblo la espalda.
Odio estar sentada.
La falda negra con pliegues se ciñe a mi cintura, la camiseta que se me ciñe al busto dejando ver mi abdomen marcado y las botas negras de terciopelo me llegan a las rodillas haciendo juego con todo el conjunto de ropa.
Le guiño un ojo al empleado antes de subirme a la camioneta negra, cierran la puerta y cruzo las piernas revisando mi móvil mientras me llevan a las empresas Hoffmann de ingeniería eléctrica.
No vengo a Washington desde hace tres años, desde entonces no veo a mis padres ni a mis hermanos. Cuando termine la academia a los dieciocho las solicitudes de diferentes instituciones de seguridad nacional y ejercitos queriendome en sus tropas.
No pude decidirme entre la milicia, la CIA, el FBI o alguna otra. Aunque lo mejor es la milicia.
En todos los cuerpos militares y de seguridad nacional tengo el mismo puesto. En todos me dan el puesto en la tropa de los Elegidos.
Me bajo los lentes hasta el tabique siguiendo con los ojos la edificación que aparece delante de mi, eclipsando el sol que brilla de forma feroz en el cielo. El sol se cuela entre cientos de paneles de cristal, la gente entra y sale en vehículos del año y el apellido Hoffmann es la cara del imperio de nuestro apellido.
Esta parte del imperio es de Stark Hoffmann.
El vehículo no se detiene en la entrada principal sigo dejando detrás el edificio, la camioneta se detiene, sonrio cuando me bajo. Esta es mi parte favorita de la empresa.
