Capitulo 29

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SUCIO

Steel

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Steel

Washington, Estados Unidos. Septiembre 1.

El auditorio está lleno de personas, estoy sentado entre los estudiantes vestidos con toga y birrete al igual que yo, cuando Sunshine llego a Washington ya estaba terminando y aunque no tenía muchas clases físicas, —en la universidad— el internet me facilitó todo. Fue cincuenta por ciento presencial y cincuenta por ciento por internet.

Claro que soy el menor entre todas están personas, haber ido a una escuela militar toda mi vida, ya ser un doctor hecho y derecho me facilitó muchas clases así que no tuve problema en sacarme esta carrera en menos de dos años.

Me hecho hacia adelante y rodeo los ojos sonriendo cuando veo a Sunshine y a Stark sentados uno junto al otro en el otro pedazo de asientos entre los invitados, Sunshine me sonríe y Stark levanta el pulgar mientras le leo los labios: "Te adoro."

Me recuesto en el asiento otra vez cuando comienzan a llamar a los graduados, los aplausos se escuchan por todas partes, no puedo evitar mirar hacia atrás buscando a dos personas pero... rápidamente giro la cabeza al frente cuando me llaman a mi.

No los necesito. Tengo a mis hermanos.

Nuestro valedictorian Steel Hoffmann Marchetti. —dicen en el micrófono y subo los escalones escuchando los miles de aplausos.

Le doy la mano a quien me entrega el diploma, sonrío viendo a Sunshine y Stark que ya están delante de la tarima, soy el que más aplausos se lleva porque muchos admiran mi trayectoria. Sunshine me vitorea y me sonríe a cada nada mientras camino, Stark aplaude mirándome.

Me pongo de pie delante del podio, mis ojos se pasean al frente observando la multitud sin embargo teniendo a la vista a mis hermanos. Sunshine recuesta la cabeza en el hombro de Stark quien pasa el brazo por su cintura, me quedo en silencio mientras los aplausos comienzan a desaparecer y me aclaro la garganta listo para el discurso.

—Buenos... no se qué hora es. —admito desatando las carcajadas del público, mantengo la cabeza en alto y clavo mi mirada en Sunshine y Stark antes de seguir hablando.

>> La gente normalmente siempre me pregunta lo mismo, "¿Steel a que le debes el imperio que te cargas?" Pero la verdadera pregunta es: ¿Steel que te costó el imperio que te cargas?. —hago una pausa— Si, lamento arruinarlo para ustedes pero a nosotros los niños ricos también nos cuestan las cosas, porqué los años de academia no me los regalaron, tampoco las desveladas en los hospitales en los que di servicio cuando empecé y mucho menos lleve mis hospitales a donde están de un día a otro. La verdad, no prepare nada para este discurso. —admito levantando los hombros y doblando la boca— porque no me interesa hablar sobre el trabajo duro, para eso páguense un curso porque yo si tengo bastante cola que me pisen y hasta el mas malo se gana el respeto que tiene.

LUJURIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora