CAPITULO 18

679 87 7
                                    

El señor seguía esperando a que le diera mi identificación pero no la tenía, eso era obvio. Las otras personas que estaban en el local se quedaron viendo lo que pasaba. Estaba todo perdido.

- Lo siento, es que estoy en mi periodo y no tenía toallitas femeninas y...

- No le pedí que me explique por qué vino a comprar, si no que le dije que me mostrara su identificación. – me quede callada, pensando en que otra excusa inventarme pero por los nervios no se me ocurría nada.

- ¿Ashley? – dice Hedwing.

Cerré mi ojos al escucharlo, sabía que ya estaba todo perdido, solo quedaba una cosa que hacer.

Tome el paquete de toallitas y la puse en uno de los bolsillos de la chaqueta. Me dirigí a la puerta como si nada había pasado. el hombre que me atendió se acercó a mí, tomado mi brazo. Me giro para verlo tratando de estar calmada y ocultar mis nervios.

- Sé que necesitas ayuda. – me dice en voz baja. Mire a Hedwing, se le notaba preocupado, al parecer sabía que algo estaba pasando.

Hedwing y yo estábamos mirando fijamente, tanto él como yo sabíamos lo que iba a pasar, los dos nos preparamos para cuando diga la señal.

- Corre. – cuando digo esto, me suelto del agarre del señor y salgo corriendo con Hedwing.

Mientras íbamos corriendo, el hombre de la tienda nos seguía con dos personas más, trataba de no darle importancia, ahora solo me tenía que preocupar por escapar.

Luego de haber corrido por más de seis cuadras, nos metimos en un callejón por el que ya habíamos usado como escondite el día que nos metimos en problemas. No escondimos detrás de unas cajas y nos asomamos para asegurarnos de que no vinieran.

 Al parecer los habíamos dejado atrás así que comenzamos a caminar por el callejón para poder volver a apartamento.

Tratábamos de calmar nuestra respiración, ya que estábamos muy agitados de correr. Ninguno de los hablaba, yo estaba aún pensando en todo lo que paso, era como que no podía creer de que ya había una foto mía rondando por todos lados y que seguro tarde o temprano tendría que volver a mi vieja vida de niña rica con un padre amoroso, o mejor dicho, a fingir ser una familia feliz.

- ¡Los encontré! – al escuchar a alguien gritar detrás nuestro los dos volteamos, nos habían encontrado.

En segundo nos encontrábamos corriendo de nuevo tratando de volver a perderlos. El callejón era grande así que era seguro de que los perdiéramos.

 Las piernas se me estaban comenzando cansar y ya no sabía hacia donde estábamos yendo, parecía que estábamos dando vueltas en círculos. Nos detuvimos con Hedwing cuando vimos dos caminos, él me miro esperando a que decida por cual vamos a ir, pero no estaba segura, si seguíamos metiéndonos más en el callejón después nos iba a costar poder volver a casa.

- Por aquí. – dice Hedwing mientras me toma de la mano.

Él decido que iríamos por el camino de la izquierda, yo no me negué ya que confía en que él había elegido el camino correcto.

Corríamos aun tomados de la mano, debes en cuando mirábamos hacia atrás para ver si seguían atrás nuestro; y así era. No podía creer lo rápido que eran, aunque paráramos por solo unos segundo ya los teníamos pisándonos los talones parecía que nunca nos íbamos a poder deshacer de ellos.

Con Hedwing llegamos a una parte del callejón que no tenía saliday al parecer del otro lado el callejón seguía. Era más grande de lo que pensaba. 

Mire a Hedwing mostrando miedo en mis ojos, no quería que me lleven de nuevo con mi papá, aún no quería volver. Escuchaba como los pasos de esas personas se acercaban, hacían que mi corazón se acelere y comience a sentirme sofocada pero al sentir la mano de Hedwing agarrada a la mía dio seguridad.

Solté su mano para poder tratar de trepar el muro que nos estorbaba. Busque algo que me ayudara a subir, pero no había nada, así que le pedí a Hedwing que me ayude. Él entrelazo los dedos de sus manos para que apoyara mi pie. Apoye mis manos en sus hombros y acto seguida puse mi pie en sus manos, conté hasta tres y traté de agarrarme del borde del muro, pero no llegaba.

- Súbeme un poco más. – digo mientras trato de agarrarme del borde. Hedwing aunque estuviera en el cuerpo de Kevin, y tuviera la fuerza suficiente para subirme, no podía.

Trate de agarrarme con las dos manos, para después hacer fuerza y poder subir y así ayudar a Hedwing a que también pueda pasar del otro lado. Pero por el sudor de mis manos me resbale. Caí al suelo quedando sentada; ya no tenía más ideas, ahora si estaba todo perdido.

- Perdón Ash, es que no tengo mucha fuerza. – dice mientras trata de ayudarme a ponerme de pie.

Ya de pie me acerque a Hedwing y lo abrece. Si esta era la última vez que nos íbamos a poder ver quería abrazarlo una vez más.

- La bestia podría ayudarnos, él es fuerte, más grande, y etcétera.

Cuando escuche eso una idea me vino a la cabeza, era una locura, pero era lo único que ahora nos podía ayudar.

- Hedwing, escuchame con mucha atención, tengo una idea, pero es un poco arriesgada y voy a necesitar de tu ayuda. – digo mientras tomo su cara entre mis manos, sus ojos celestes estaban centrados en míos, esperando a que le digiera que tenía que hacer. - necesito que dejes la luz y vayas a buscar a la bestia. Sé que es una locura pero necesito que lo hagas, ¿sí?. -El asiente con la cabeza.

Lo pongo detrás de mí, para así cuando la bestia tome la luz lo logre detener antes de que ataque a los hombres que me estaban buscando.

Veo como ellos se acercaban a mí. Estaban caminado lentamente, trataban de calmarme pensando que yo les iba a hacer algo cuando en realidad no deberían de temerme a mí, sino a la persona que esta atrás mío. Mientras se acercaban uno de ellos me extendió la mano, como si fuera un perro. Lo mire seria, sin decir nada

- Tranquila, no te vamos a lastimar. – dice dando pasos sigilosos.

De repente Hedwing vuelve a la luz, en un susurro me dijo "él está por venir" así que me prepare. Me di vuelta y le di una sonrisa para calmarlo, sabia de que tenía miedo.

- Confía en mí, todo va a salir bien. – apenas le digo esto le doy un beso en la frente. Hedwing me sonríe, haciéndome sentir culpable. No quiero que nada le pase, pero no tengo otra opción.

- Ya viene. – dice Hedwing mientras comienza a sacarse a la sudadera, para después dármela a mí. Me gire y lo mire preocupada. – tranquila, todo va a estar bien. – pone una mano en mi cara y me acaricia, parecía que ya no fuera él, pero lo era, porque seguía hablando con ese acento que lo caracteriza.

Comienza a gritar, mientras se tira al piso, yo lo abrazaba. Comencé a notar como las venas se marcaban en su espalada, y que su respiración cambiaba. Ya estaba aquí.

Se pone de pie mirando el suelo, yo lo copie. Trataba de hacer contacto visual antes de que se descontrole y sea demasiado tarde para los pobres hombres que estaban atrás mío, tratando de hacer una "buena acción". Levanta la vista y se les queda mirando, su respiración se comenzó a acelerar, tenía que actuar ahora.

- Necesito que me saques de aquí. – lo tomo de la mano tratando de que me preste atención a mí, pero seguía mirándolos.

- Ellos tienen que estar arrodillados ante ti pidiéndote que los perdones. – la piel se me erizo al escucharlo. Toma mi mano para que suelta la suya, pero rápidamente la tome de nuevo, haciendo de que me mire. Me acerque a él sin dejar de mirarlo a los ojos.

- Por favor, quiero volver a casa, solo necesito que me ayudes. – tenía miedo de que les haga daño así que rogaba en mi cabeza de que haga lo que digo.

Bufa y mira hacia otro lado. Aun lo tenía tomado de la mano, la cual estaba muy caliente. En eso me sube a su espalda asustandome porque pensé que iba a ir a atacarlos, pero no fue así. Dio unos pasos atrás y después corrió hacia el muro, dio un salto se tomó del borde y subió. Se vio tan simple como lo hizo, parecía que solo era una tontería para él, pero lo que más me sorprendió es como lo logro hacerlo conmigo en su espalda, debo ser un gran peso porque este mes comí demasiado que seguro hasta subí de peso.

Camino hasta un lugar donde nadie nos pueda ver, me baje de su espalda y me quede mirándolo, no podía creer que una personalidad tan peligrosa pueda ser buena de repente.

EL AMOR PUEDE SER ALGO PELIGROSO- (fragmentado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora