CAPÍTULO 49

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ASHLEY

— Bueno, Ashley, continuemos. —vuelve a dar inicio la psicóloga a mi terapia dentro del cuarto de interrogatorios—. Primero necesito que me digas que recuerdas de tu secuestro.

La mira sin ánimos y suspire. Llevaba más de dieciocho horas metida aquí y todos me pedían lo mismo, querían detalles de cómo había sobrevivido dos meses con un asesino como Kevin. Aunque le dijera que en realidad todo este caso era más complicado, ellos no me creían. Piensan que en realidad encubro a mi secuestrador por la violencia psicología que sufrí estos últimos meses.

Mientras me sacaba los cueritos de mis dedos por la ansiedad y el estrés retrocedí mis recuerdos hasta el día del secuestro, para así poder hablar de una vez con la psicóloga que me habían asignado, con la esperanza de que ella entendiera que Kevin no era un peligro como todos aquí pensaba.

— Salimos de una fiesta de cumpleaños —empiezo contando—. El papá de mi compañera iba a llevarme a mi casa porque esa fue la condición que le puso mi papá para que pudiera ir, ya que él no me dejaba salir de la casa así que para mí el ir a esa fiesta era como librarme por unas horas de ese infierno.

Sabía que mi papá se encontraba en la habitación detrás del vidrio que dividía el cuarto de interrogatorios. Sabía que tanto él como el abogado que contrato estaban escuchando para así ver como limpiarse las manos; pero yo no iba a salir de aquí sin antes dejar claro que el verdadero villano era el hombre que cuido de mí desde que tengo memoria.

— Al subir al auto yo iba detrás con Claire y Marcia, si no mal recuerdo ellas iban con sus celulares mientras que yo leía un libro.

— ¿viste cuándo Kevin subió al coche?

— No hasta que le tiro una especie de spray a las chicas que las durmió.

— ¿A ti no te ataco?

Negué con la cabeza.

— ¿Por qué?

— Supongo porque me quede en silencio y fingí estar inconsciente.

Ese día que lo vi por primera vez supe que no iba a poder enfrentarme a él. Dejo a todas mis compañeras inconscientes en tan solo segundos solo porque intentaron huir o hacían demasiado ruido, y claramente una persona que convive con una persona agresiva sabía que si hacia algo que lo enojara terminaría igual. Lo mejor fue que me hiciera la inconsciente y espera una oportunidad para escapar.

— Entonces supiste donde se encontraban todo ese tiempo.

— Si lo hubiera sabido mis compañeras estarían vivas —contesto molesta por el comentario—. Cuando el coche se detuvo y saco el seguro de las puertas intente huir pero me tomo por detrás, poniendo un paño en mi nariz que en tan solo segundos me durmió, así que no llegue a ver dónde estábamos.

Todo lo que decía y como la hacía la psicóloga no anotaba, mientras que yo solo la miraba contando los minutos que faltaban para que se esfumara.

— Estuve leyendo tu declaración de lo que sucedió ayer —rodee los ojos al saber dónde iba esto —. Me gustaría que me lo explicaras con tus palabras.


HACE UN DÍA ATRÁS.

Sabía lo que iba a pasar ahora y no podía hacer nada, tanto Dennis como yo estábamos nerviosos ya que no queríamos este final; más que nada yo.

— Suelte el fierro y voltese con las manos arriba —le ordena un oficial apuntando con su arma a Dennis. Claramente él le hizo caso omiso a su orden y siguió intentando abrir la puerta.

EL AMOR PUEDE SER ALGO PELIGROSO- (fragmentado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora