CAPITULO 31

551 59 0
                                    


ASHLEY

Estaba en la cocina esperando a que el café se termine de hacer mientras pensaba en lo que estaba pasando, no podía creer de que Kevin estuviera en la luz, trataba de no ilusionarme mucho porque lo más probable es que haya sido obra de Barry y que en un rato alguien se la va a terminar sacando, pero aun así quería aprovechar el tiempo que tenga con él para tratar de ayudarlo; porque esa es la razón por la que aún me quedo aquí.

Cuando la cafetera dio un pitido era porque ya estaba el café. Busco dos tazas y las lleno de café y después las dejo en la mesa con una cucharita al lado, para poder ponerle azúcar. Después me puse a buscar las galletas con chipas de chocolate que estaban en la alacena, me puse de puntillas de pie para tratar de agarrarla. Mis dedos rozaban con el recipiente de vidrio en el cual estaban guardando, estiraba lo más que podía mi mano para traerlo hacia adelante, pero en eso Kevin lo toma y me la alcanza.

- Gracias. – digo dedicándole una sonrisa.

Él me da una sonrisa forzada y después toma asiento para comienza a beber su café, yo me quede de pie mirándolo, me sentía un poco molesta con su actitud; no me lo imaginaba así.

- ¿nos vas a desayunar? – pregunta mientras me mira y le da un sorbo a su café.

Yo sin responder tomo asiento en la única silla que queda y dejo el frasco con galletitas en el centro de la mesa. Tomo la azucarera y le pongo cuatro cucharadas de azúcar al café, mientras lo revolvía sentía la mirada de Kevin, levanto lentamente mi vista para encontrarme con la de él. Me quede mirándolo esperando que diga algo, pero el solo ríe suavemente y rompe nuestro contacto visual.

- ¿Qué es lo gracioso? – pregunto sin entender nada.

- Es que le pusiste azúcar al café y se me hizo gracioso. – cuando termina de decir eso toma el frasco de galleta y saca una y la lleva a su boca dándolo un mordisco.

Yo solo lo ignore y volví a quedarme en silencio, tratando de pensar en cómo podría empezar una conversación y así hacer desaparecer el ambiente incomodo entre nosotros. Todas las cosas que pensaba se me hacían tontas y lo más probable es empeore las cosas, porque no soy muy buena entablado conversación, mejor dicho, no soy buena socializando.

Después de pensar en mil formas de empezar una conversación suspire frustrada, ya me di por vencida, lo mejor era dejar las cosas como están, y por lo visto le molestaba mi presencia porque desde que me vio solo me trato con indiferencia, quiero pensar que solo son ideas mías pero no lo creo.

- ¿Por qué te quedas? ¿sabes qué te poder ir, no? – dice de la nada dejándome sorprendida

Me quede en silencio pensando en lo que pregunto, le podría decir la verdadera razón, y principal, de que solo estoy aprovechadme de las personalidades para poder esconderme de mi violento padre, o decirle la otra verdad de que estuve esperando todo este tiempo a que tuviera los huevos de tomar la luz y así poder ayudarlo, así que estaba en un debate mental sobre lo que le debía decir.

- Si quieres te puedo ayudar a...

- Me estoy quedando por ti.

No te como le impacto lo que le dije, pero si quería que el confié en mi tengo que ser sincera, bueno, tratar de serlo.

- Dennis me conto más o menos lo que te paso, hemos hablado noche enteras sobre cómo te podíamos ayudar pero él siempre decía que lo mejor era esperar a que tú decidas tomar la luz. – dije al ver de que no iba a decir nada. – también otra razón por la que me quedo pero prefiero no hablar de eso, ya por eso tuvimos un problema ayer.

Tome una de las galletas y la comencé a comer mientras miraba a Kevin, que todavía se encontraba mirándome sorprendido por lo que dije, lo cual era entendible, para habrá sido inesperable el que una chica que no conoce de nada lo ayude, y que para colmo haya sido secuestrada y atacada por personalidades que el mismo creo.

- Parece que no te agrado la respuesta. – digo dándole un sorbo a mi café dejando de mirarlo.

- No es que no me haya gustado, es que es desquiciado lo que me dices. No sé si sabes pero estas viviendo con un hombre con TID el cual creo personalidades peligrosas para una niña como tú.

Arquee una ceja por su comentario, que para ser sincera me molesto un poco, si supiera como es y fue mi vida no diría ese comentario innecesario.

- Creo que no me conoces, y ya te dije que solo me estoy quedando por una razón de la que prefiero no hablar.

Dicho esto me levanto de la mesa ya molesta y me dirijo a la habitación, dejando solo a Kevin en la cocina. Sabía que él quería saber cosas sobre mí, pero todos exigen que les cuente pero cuando soy yo la que hace las preguntas, todos se callan y prefieren enojarse conmigo.

Sin darme cuenta con el paso de las horas me dormí, cuando desperté ya era muy tarde, lo que me había despertado era mi estómago que pedía a gritos comida. Me siento en la cama y miro toda la habitación buscando a Kevin, pero al parecer no estaba; me pongo de pie y comienzo a bajar lentamente las escaleras. Cuando estaba por la mitad sentí el olor a pintura fresca y pude escuchar música que estaba a un volumen muy bajo, al bajar me encuentro con Kevin sentado en piso frente a la puerta del estudio, me sorprendí al ver que estaba pintándola ya que no supuse que él había sido el que la pinto, sino que había venido así.

- Hay comida en el horno, por si quieres comer. – dice sin ni siquiera mirarme, estaba comenzando a pensar que tenía ojos en la nuca.

- ¿por qué no me despertaste para comer? – pregunto mientras me acerco a él lentamente.

- Lo iba a hacer pero al ver que solo discutimos si nos vemos decidí que era mejor no hacerlo. – dice mientras deja el pincel a un lado y se pone de pie y me mira.

No sabía que decirle, aún seguía enojada con él, bueno, un poco pero aun así no quería hablarle. Fui hasta la cocina y abrí el horno como había dicho, me sorprendí al ver que había pedido lasaña; casi siempre Dennis o Patricia piden comida china o pizza. 

Sin decir nada, me sirvo una ración y me siento en la mesa a comer, Kevin siguió pintando la puerta sin decirme otra cosa, quería preguntarle muchas cosas pero la verdad no sabía como, era raro estar con él. Comencé a comer en silencio lo cual era incómodo para mí, siempre podía hablar con Dennis o Hedwing cuando estábamos almorzando o cenando, y el comer en silencio me hacia perder el apetito, así que decidí mejor no comer. Me puse de pie y tome mi plato para dejarlo en la mesada de la cocina y así volver a la habitación y esperar a Dennis.

- ¿no te gusto la comida? – dice Kevin mientras se acerca a mí

- No, es que no tengo hambre. – le respondí mientras pasaba por al lado de él.

- ¿quieres comer conmigo?

EL AMOR PUEDE SER ALGO PELIGROSO- (fragmentado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora