CAPITULO 29

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ASHLEY

Mientras la persona, que aún no lograba ver quien era me sacaba del estudio a la fuerza, yo trataba de agarrarme de todo lo que podía para zafarme de su agarre, pero era imposible, tenía demasiada fuerza.

El seguía con su mano en mi boca impidiéndome gritar, trate de apartarla y así pedirle ayuda a Dennis pero tampoco pude hacerlo. Me sentía frustrada al no poder no escapar o pedir ayuda, y aunque usara toda mi fuerza para alejarme del desconocido no podía, y por ende ya me estaba cansando.

Al parecer no me iba a llevar fuera del departamento porque ya habíamos pasado la puerta y no al parecer no estaba abierta. Se dirigía a la habitación y eso me ponía más nerviosa, trate más de escapar. Él se quejaba por mis movimientos brusco al intentar escapar, pero no me soltaba por más que le costara.

Empezó a subir la escalera de espalda conmigo, seguía intentando zafarme de él porque si me iba a hacer daño no se la había dejar fácil, pienso luchar hasta el final. Él se quejaba y trataba de seguir llevándome a la rastra.

Cuando ya llegamos sentí como el miedo invadió mi cuerpo por completo, sentí como más allá quisiera seguir peleando mi cuerpo ya se había rendido. Sintió como el desconocido me empuja y me tira a la cama, trate de darme la vuelta rápido y así aprovechar pero era en vano; ya lo tenía encima de mí. Lo quise apartar pero con una de sus manos junto las mías y las puso sobre mi cabeza, y con la otra me volvió cubrir mi boca impidiéndome gritar.

- ¡Ashley! ¡Ya! – dice susurrando, haciendo de que deje de moverme y que lo mire.

Por la poca luz que había me costó ver su rostro pero me calme al ver los anteojos característicos de Dennis. Mi respiración se comenzó a calmar al verlo pero aun así seguía con el miedo a flor de piel.

- Te voy a sacar mi mano de la boca, pero prométeme que no vas a gritar, ¿ok? – dice mirándome fijamente a los ojos, yo como respuesta asentí con la cabeza.

Él hace lo que dijo y aparta su mano de mi cara, pero los dos seguíamos mirándonos en silencio.

La verdad aún tenía el susto en el alma, pensé que ya había llegado el final de todo y que ahora tenía que volver con mi familia, cosa que me negaba a hacer. Pero con tan solo ver a Dennis sentí un gran alivio, lo cual era raro porque me estaba aliviando con tan solo ver a mi secuestrador, porque más allá de que lo tratemos de ignorar él seguía siendo la persona que me secuestro, y mato a dos chicas que aunque no las conociera muy bien no merecían la muerte.

Luego de unos segundos de estar mirándonos a los ojos fijamente Dennis se separó de mi para tomar asiento. Yo lo copie y me quede en silencio esperado que me empiece a regañar pero solo dijo:

- Ve a dormir, yo voy a cerrar el estudio y vengo.

Al decir eso solo se puso de pie y bajo a hacer lo que dijo, dejándome sola en la habitación.

Yo no quería molestarlo más, ya había hecho muchas estupideces en un día. Me escape para comprar toallitas femeninas cuando justo a mi papá se le ocurre hace publica mi desaparición, me corte y teñí el cabello a escondidas, y ahora, para darle el broche de oro desafié la autoridad de Dennis y entre al estudio de Kevin cuando se me había prohibido hacerlo. Lo mejor que podía hacer ahora era quedarme en silencio y hacer lo que me digas sin rechistar.

Me acomode en la cama para acostarme, tome las matas y las lleve hasta la altura de mis hombros, luego acomode la almohada y me acosté. Me quede mirando en dirección a la escaleras para ver cuando suba Dennis, pero al parecer no lo iba a hacer; seguro está enfadado conmigo.

DENNIS

Estaba apoyado en el escritorio del estudio de Kevin mirando mis pies mientras pensaba en todo lo que había pasado hasta ahora. La verdad no estaba molesto con Ashley, es una chica adolescente que solo quiere desafiar la autoridad de todo el mundo, y no puedo hacer nada con eso.

Cuando logre volver a mis sentidos recorrí la habitación con la vista, analizando cada cosa. El olor a pintura abundaba en mis fosas nasales, y también el fuerte olor a café que es increíble que aún seguía en el aire, también me quede viendo todos los lienzos nuevos que había comprado Kevin antes de que decidiera irse de acá; todo seguía como ese día cuando nos fuimos.

Lleve mis manos a mi cara, cubriéndola por la frustración. Me sentía agobiado por todo lo que está pasando y confundido, hace tan solo un mes mi prioridad era Kevin, y ahora, es Ashley. Sabía que ella tarde o temprano se iba a terminar yendo, pero aun así no podía dejar de estar pendiente a ella, Patricia tiene razón, estoy perdiendo la cabeza por esta niña.

- ¿por qué están difícil? – pregunte en un susurro. No había nadie conmigo que me escuche y me diga que hacer, estaba completamente solo.

Saque mis manos de la cara y me incorpore, tratado de dejar todo los que sentía de lado por un momento.

Camine fuera del estudio y cerré la puerta con llave. Tendría que buscar otro lugar donde guardarla, pero no tenía muchas ganas de preocuparme por eso así que solo la dejé colgada en el perchero como siempre. Luego de eso comencé a caminar en dirección a la habitación con la mi mirada concentrada en pies.

Al subir me quede mirando la hermosa imagen de Ashley durmiendo abrazada a la almohada, se veía tan tranquila que hace me sienta tranquilo también. En eso las preguntas volvieron, y eran la misma de siempre, pero nunca podía conseguir una buena respuesta, así que lo mejor que podía hacer ahora era reprimirlas.

Me acosté al lado de Ashley boca arriba, poniendo mis manos debajo de mi cabeza. No tenía sueño así que lo único que puedo hacer ahora es quedarme mirando el techo y pensar de qué manera nos organizaríamos ahora, también pensé que iba a hacer con Kevin, él aún me culpa de todo lo que paso, no quiero negar que es mi culpa pero tampoco se puede catalogar como el más bueno de todos nosotros.

Sin darme cuenta las horas pasaron rápido y ya eran más de la tres de la mañana, sentía los ojos cansados pero no era de sueño. Mire a Ashley que seguía durmiendo, al parecer esta noche que no tengo sueño ella no piensa pegar patadas o pasarme por encima; como todas las noches. Mientras la miraba dormir pensé en Kevin, le vendría bien ver que una de las chicas está bien, y seguro hace que quiera tomar la luz nuevamente.

Y fue ahí donde la lamparita se encendió, supuestamente yo me había unido a Patricia para poder ayudar a Kevin a sentirse mejor, y todavía no veía ningún cambio en eso y si ella no piensa hacer algo lo puedo hacer yo, si no necesito su ayuda, sino que es al revés, ella necesita la mía.

Sin dudarlo un segundo más dejo la luz y me paro rápidamente de la silla y busco a Patricia, la cual se veía sorprendida por lo que acababa de hacer ya que nunca dejo la luz tan temprano.

- Necesitamos hablar. – dije cuando ya me encontraba lo suficientemente cerca de ella. 

EL AMOR PUEDE SER ALGO PELIGROSO- (fragmentado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora