FINAL

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ASHLEY

Las luces de las patrullas iluminaban todo el barrio. Habían vecinos por donde mires al igual que reporteros, yo me encontraba sentada dentro de una ambulancia siendo atendida por una paramedico el cual curaba mis heridas. Todavía no podía creer todo lo que paso en un solo abrir y cerrar de ojos anteriormente pense que el infierno en el que vivía era el lugar más ruidoso y molesto que podía existir, pero ahora por alguna razon todo esta en silencio y se siente acojedor.

A pesar de todo el caos que me rodeaba, estaba tranquila. Mi cabeza simplemente estaba en blanco. Como si no tuviera que preocuparme por más nada. Todo el sonido de mi alrededor se desvanecía quedando como un eco de fondo, mientras que mirada estaba fija en la ambulancia en la que subían a mi papá de urgencia.

Uno de los oficiales de policía estaba sentando a mi lado mientras me ofrecia algo de beber para calmar mis nervios, lo cuales no tenia en absoluto. Estaba perfectamente bien.

— Señorita ¿está segura que se encuentra bien?

El oficial volvió a insistir al ver que no mostraba reacción alguna ante la situación.

Fije mi mirada en él y solo moví mi cabeza hacia los lados negándome a su ayuda.

Pasado unos minutos vino una patrulla a recogerme y así llevarme a la estación de policía más cercana para poder tenerme bajo mi seguridad.

Al llegar todos los que estaban allí fueron muy serviciales conmigo. Me tenían cierta admiración por soportar tantos días bajo el poder de mi secuestrador, ya que gracias a mi padre que pinto mi historia de otros colores hizo creer que mi vida con Kevin y sus personalidades fueron un infiero para mí. Cuando en realidad mi infiero era simplemente saber que soy su hija y que no podía cambiar eso.

Como ilusa pensé que esta escena iba a ser diferente, que algún familiar iba a venir por mí y que no sabría nada de lo ocurrido esta noche hasta la mañana siguiente. Pero se tuvo que presentar en el acto de esta obra de mal gusto el detective patán que había contratado mi padre, el cual sabía que todo esto no fue un ataque casual. Entonces en un abrir y cerrar de ojos me encontraba nuevamente metida dentro de un interrogatorio.

Sentada frente a una mesa vacía, esta vez sin estar esposada. Encerrada en una pequeña habitación la cual me sofocaba con cada hora que pasaba, ya no sabia de que forma sentarme para que me dejara de doler la espalda. El detective Polo me dijo que solo me quería hacer unas preguntas, que no iba a ser algo de gran demora. Pero esas fueron sus ultimas palabras antes de que desapareciera detrás de las puertas del interrogatorio hace un par de horas.

— Mil disculpas... —aparece entrando con rapidez a la habitación cerrando la puerta detrás de él. Acto seguido tomo asiento frente mío y se reclino sobre la mesa—. Teníamos una pista de donde pudo haber huido tu novio pero se nos adelanto. Aunque se trate de un loco es muy inteligente.

Comenta con ironía. Yo mantenía mi mirada seria en él, sin darle ni la más miníma importancia a lo que me decía.

— Ashley ¿cierto?

No respondí. Polo solo se recargo sobre el respaldo de la silla y bufo empezando a cansarse por mi actitud.

— Me da igual si fuera luego pagan para que se conozca otra versión de los hechos pero yo sé lo que hiciste.

Trague saliva y el nudo de mi garganta empezaba a formarse. No era por la culpa, era por la impotencia de no poder haber salido ganando. Gane paz; si, pero no por mucho tiempo.

— Veo las marcas en tu piel. Los golpes en tu rostro, los hematomas en tus brazos y piernas así que soy conciente de que la que disparo fuiste tú.

EL AMOR PUEDE SER ALGO PELIGROSO- (fragmentado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora