CAPITULO 38

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KEVIN

Estaba de camino al parque esperando el encontrar a Ashley rápido para poder volver a casa, porque el estar afuera, caminando por la calle como si nada no me dejaba tranquilo. Nunca me agrado el estar expuesto y sentirme juzgado por los demás, siempre era mejor para mí estar en mi estudio rodeado de pinturas y lienzos sin usar.

Cuando estaba a tan solo a una calle me topé con un carro de helados. Este estaba rodeado de niños y padres que esperaban poder comprar alguno. Por un segundo pensé lo que paso antes de que Ashley se marchara, en como siempre se encontraba sola porque me la pasaba en mi estudio; y eso me hizo sentir mal. El como ella se pudo sentir por ignorarla.

Luego de penarlo por unos segundos me acerque a la carro y comencé a esperar a que me atendiesen.

Mientras esperaba miraba a los niños que se encontraba con su padres, saltando a su alrededor emocionados por su helado, mientras que su padres sonreían felices. El ver a esas familias tan felices, tan unidas hizo que me pusiera melancólico ya que tanto Ashley como yo no fuimos afortunados de tener eso.

- El que sigue. – llama el señor que vendía los helados, yo al escucharlo me acerque y comencé a mirar la lista de sabores viendo que podía llevar y cual le podría gustar a Ashley.

- Quiero un medio de frutilla chocolate y....

- Le recomiendo que lleve el sabor amor. – me interrumpe el hombre dejándome en silencio. – a todas la jóvenes que vienen con sus parejas lleven ese, así que creo que sería una buena elección.

Me quede pensando en la palabra en la que describió mi relación con Ashley "pareja" y también el cómo sabía que el helado que le iba a comprar no era solo para mí.

- ¿y por qué esta tan seguro de que le va a gustar a mí "pareja"? – digo haciendo comillas con mis dedos.

- No lo estoy pero si quiere lo puede probar.

- Está bien.

El hombre toma una cucharita y toma un poco del helado que me recomendó, este era blanco con algunos detalles rosas; siendo sincero se veía demasiado apetecible. Este me entrega la cuchara y yo la recibo para llevarla a mi boca. En tan solo segundo el helado inundó mi boca con su dulce sabor dejándome sin palabras.

- ¿Qué le pareció? – pregunta el hombre sin dejar de mirarme.

- También llevo de ese. – respondo mientras sigo saboreándome el sabor del helado que seguía presente.

Luego de unos segundos me traen el pote con el helado y me lo entregan. Yo lo recibo y le doy el dinero para después retirarme.

Camine unos minutos más hasta llegar al parque, el cual me recibió con su delicioso amor a flores. Seguí caminando en dirección a la fuente en la que algunas noche Ashley y yo solíamos visitar y arrojar monedas a la boca del sapo que había, compitiendo uno con el otro.

Al llegar comencé a buscarla con la mirada buscando es cabello rubio que ya le pasaba los hombros, pero no la podía encontrar. Seguí caminando cerca de la fuente ya comenzando a preocuparme por no saber dónde estaba, teniendo un mal presentimiento.

Comencé a buscarla por todo el parque rogando que este sentada en alguna banca comiendo alguna golosina, o en el sector infantil hamacándose. Pero no estaba en ningún lado.

Sentía como mi corazón comenzaba a latir con fuerza que parecía que se me iba a salir del pecho. También pensamientos negativos comenzaron a invadirme, temía que la policía se la haya llevado y que ahora me estuvieran buscando por todos lados, y gracias a ese miedo la sensación de que todo el mundo me observa apareció.

EL AMOR PUEDE SER ALGO PELIGROSO- (fragmentado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora