CAPÍTULO 43

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DENNIS

La luz de la mañana me despertó haciendo que abriera mis ojos y mirara a mí alrededor, había prenda de ropa por toda la habitación y la cama estaba hecha un desastre. De apoco los recuerdos de que ocurrió anoche volvieron a mi cabeza que provocaron que una sonrisa se dibujara en mi rostro.

Mire al lado derecho de la cama encontrándome con la espalda descubierta de Ashley. Ella aún se encontraba dormida abrazada a la almohada, se veía tan hermosa que no pude evitar acercarme a ella y dejar pequeños besos por su hombro y cuello. No quería despertarla pero necesitaba hacerlo.

Antes de que se hiciera más tarde me levante de la cama y comencé a recoger la ropa del suelo para llevarla al cesto de la ropa sucia, luego me di una ducha rápida y me vestí para así bajar y preparar el desayuno antes de que Ashley despertara. Porque sabía que si ella despertaba antes de que el desayuno estuviera listo iba a distraerme demasiado.

Como no había muchas cosas en el refrigerador para cocinar termine haciendo huevos revueltos para acompañarlos con un poco de café y juego, ya que la persona con la que convivo no le gusta las cosas amargas. Estaba dejando todo listo hasta que recordé que tenía que vaciar el cesto de basura, así que tome la bolsa y salí para tirarla.

Cuando estaba por tomar las llaves para abrir la puerta me percaté de que el gorro de Barry estaba colgado en el perchero, cosa que yo no recordaba así ya que él no había tomado la luz; o eso era lo que recordaba yo.

No le di mucha importancia y salí del apartamento para que cuando regresara ya despertara a Ashley.

Baje por las escaleras de emergencia para poder salir hacia el callejón donde se encontraba los cestos de basura del edificio, por alguna razón cuando tire la bolsa sentí una sensación extraña. Como si ya hubiera hecho lo mismo, algo parecido a un dejavu.

Pensé que solo era cosa mía o algo que hizo Kevin en los últimos meses que me estaba molestando, así que volví dentro del edificio.

Subí hasta el primer piso así desde ahí tomara el ascensor. Mientras esperaba note a dos hombres vestidos de civil esperando en la puerta de uno de los apartamentos, cosa que se me hizo extraña ya que no había visto a esos tipos antes.

Cuando la puerta se abre sale un hombre con cara somnolienta y los mira extrañado, al parecer él tampoco sabía de quienes se trataban.

— Perdone la molestia, somos de la policía de Philadelphia y queríamos saber si vio a esta chica —uno de los hombres saca un móvil y le muestra la foto. El señor la miro por unos segundos y negó con la cabeza—. Por favor mire bien, esta chica lleva desaparecida dos meses y nos llegó la información de que se la vio en este edificio.

La sangre se me helo al escucharlos, anoche sentí que el beso que tuve con Ashley no era el comienzo de una nueva historia, sino que el final. Esta mañana que desperté con ella a mí lado estaba por ser la última, y que no iba poder tenerla más para mí cuando estos hombres tocaran la puerta del apartamento.

Estaba todo perdido por alguien que la reconoció, puede que una persona en la feria la allá seguido hasta aquí o nos llevaban espiando todo este tiempo.

Antes de que notaran mi presencia y me preguntaran a mí si sabía algo de la chica desparecida salí disparado hacia las escaleras de emergencia, subiéndolas a dos escalones para llegar al apartamento lo más rápido que pueda y así poder sacar Ashley de ahí, y que así por lo menos ella lograra escapar.

Me daba igual si nos llevaban a nosotros, ahora necesitaba sacar a Ashley del edificio para que no la llevaran con su padre y darle la oportunidad de tener una vida normal, ya sin su abusivo padre y su secuestrador que termino enamorado de ella.

Cuando llegue cerré la puerta con llave y subí corriendo las escaleras para tomar un bolso y guardar todo lo que pueda para largarnos.

Al llegar a la habitación Ashley no se encontraba allí, y eso me puso los nervios a flor de piel.

— ¡Ash! —la llame esperando que respondiera.

Ella sale del baño ya vestida y con una sonrisa que pronto sabía que iba desaparecer. Corrió hacia mí y me beso destruyéndome por dentro, sabía que cada beso y abrazo que me estaba dando ahora podía ser el último así que solo dejaba que perdiéramos el tiempo.

— ¿dónde habías ido? —me pregunta luego de separarse de nuestro beso.

— Tenemos que irnos, la policía está aquí. —solté sin más alejándome de ella y tomando un bolso del armario.

Ashley se quedó de pie mirando al suelo analizando lo que acaba de decir, sin creerlo. Yo saca ropa y la metía en el bolso de una manera desordenada ya que no había mucho tiempo para hacer un bolso con prolijidad.

Mientras lo hacía miraba a Ashley que aún se encontraba en shook y era entendible, hace tan solo segundo estaba durmiendo conmigo y ahora se encontraba huyendo. A mí también me estaba costando trabajo creer todo lo que estaba pasando, pero aun así no me podía permitir procesarlo como ella.

— No puede ser verdad —comienza a negarse entrando en pánico—. Todo este tiempo no supieron dónde estábamos así que es imposible que nos hayan encontrado de la noche a la mañana.

— Alguien le dijo, escuche a uno de los policías decir algo así.

Claramente sabía quién fue el que dio esa información, y en este momento quería matarlo pero si no fuera porque tenía que encárgame de Ashley ya lo estaría haciendo.

— Hedwing —digo intentando comarcarme con alguien de la horda—. Necesito que despiertes a la bestia y le digas que estamos en peligro, cuando le dé la señal va a tener que tomar la luz.

Hedwing sin decir nada más solo me hizo caso y Patricia se acercó a preguntarme que sucedía. Como puede le conté todo sin salir de la luz, poniéndola al tanto de lo que iba a hacer y si ella estaba de acuerdo.

Luego de terminar de hacer el bolso tome a Ashley de la muñeca para así ya largarnos de una vez, tome dos abrigos pero cuando estaba por salir del apartamento me detuve. Gire a verla y me quede grabando cada rasgo de ella en mi memoria por si al salir ya no la iba a poder ver más, sin pensarlo le di un último beso para probar una vez más el sabor de sus labios que tanto me gustaba.

— Pase lo que pase ahí fuera quiera que huyas, no vuelvas por mí —le ordeno juntando nuestras frentes.

— Pero Dennis...

— Solo haz una vez lo que te pido —la interrumpo.

— ¿Quién fue? ¿Quién es la persona que dijo dónde nos encontrábamos?

Dude en si decirle quien fue el desgraciado que nos vendió porque ya tenía demasiado con la presión de que la policía nos estaba pisando los talones.

— Por el momento no te lo puedo decir, pero te prometo que voy a hacer que pague. Ahora hay que irnos.

ASHLEY

Hace tan solo cinco minutos pensé que iba a tener una vida normal, donde por primera vez me sentía cómoda y segura con alguien, que iba a poder compartir un montón de momentos felices a su lado y ayudarla a salir adelante.

Pero la vida es injusta y termina haciendo que en tan solo segundo todo cambie, que todo se vuelva caos.

Desperté luego de tener la mejor noche de mi vida, de haber hecho el amor con alguien que ame de verdad y de darme cuenta que si existe días perfectos, pero otra vez la vida me mostro que así como un día puede empezar bien puede terminar mal. Sin dejarme por lo menos disfrutar unos días más esa felicidad.

Si hoy nos atrapaban todo volvería a ser como antes, ya no habría desayunos con Hedwing y tardes de documentales de animales, no tendría charlas sobre lecciones de vida con Patricia o hablaría con Kevin hasta tarde mientras él pintaba. Y lo peor es que ya no tendría a Dennis conmigo, después de darme cuenta que lo quería en mi vida me veía obligada a dejarlo ir. No solo a él, sino que todas las demás personalidades que me ayudaron a darme cuenta que las personas que en realidad son malas pueden ser buenas, y que las buenas personas en ocasiones son los verdaderos monstros.

Maldito sea esa persona que arruino todo y que seguro salga con la suya dejándome de vuelta encerrada en ese infierno acompañada de mi padre. 

EL AMOR PUEDE SER ALGO PELIGROSO- (fragmentado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora