Un fanfic de Gotoubun no hanayome con modificaciones al prota y eventos de la obra original, quizás sea un gran historia, o quizá no, puedes entrar y sacar tus propias conclusiones.
La obra original y personajes no me pertenecen, sus respectivos cré...
– Bienvenidas, me alegra ver que ambas quieren trabajar aquí, pero solo tengo lugar para una–. Les dijo a las hermanas. – Primero que nada, ¿Por qué quieren trabajar aquí?
Miku y Nino intercambiaron miradas por un momento.
– A mí... me gusta la repostería, y si es posible, quisiera poder trabajar en una pastelería como esta–. Miku fue la primera en hablar.
– Oh, en ese caso...
– ¡E-espere!, A mí también me gusta, además, yo soy mucho mejor que ella–. Defendió Nino su puesto como la mejor cocinera.
Con éste último comentario, ambas empezaron a discutir ignorando la presencia del gerente y Futarou en el lugar.
– Ha... –. Suspiró. – Ambas son tus amigas, ¿O no?–. Se dirigió a Futarou ésta vez.
– Eh... si, supongo...
– Entonces lo dejo en tus manos.
...Cobarde.
– Yo soy la elección más obvia, no hay nada que pensar aquí–. Se acercó Nino una vez oyó ésto.
– Prometo ayudar en lo que sea, no voy a convertirme en una carga, lo juro–. Secundó Miku la acción de su hermana.
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Al ser presionado por éstas dos, Futarou dió un pequeño suspiró de cansancio.
– ¿De verdad no piensa intervenir en esto?–. Preguntó a su gerente que veía desde atrás con una expresión divertida.
– No, la decisión es toda tuya.
El chico dirigió su atención a las dos hermanas y lo pensó un momento.
Si ese es el caso...
– No elijo a ningúna.
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– No quiero criticarte ni nada Uesugi, pero eso no estuvo bien–. Expresó el hombre con desapruebo.
– Esas dos nos traerán más problemas que beneficios... se lo aseguro–. Argumentó en el tono más serio posible.
Aún así, el gerente empezó a reírse de forma poco sutil.
– ¿Qué es tan divertido?
– Nada nada, discúlpame por eso–. Secó un par de lágrimas de su rostro mientras se dirigía hacía el pasillo. – Dile a la chica de los listones de mariposa que empieza la siguiente semana.
– Creí que la decisión era toda mía...
– Cambie de opinión, realmente nos falta personal y ella podría ayudarnos a atraer clientes–. Dijo frívolamente. – Te lo encargo–. Se retiró del lugar una vez dijo ésto.
Futarou chasqueó la lengua con molestia, e intentó olvidarse del asunto reacomodando las mesas del negocio.