10.- El otro lado de la moneda

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Las quintillizas habían pasado un buen tiempo sin ver a Futarou, pues luego de la aplicación de los exámenes, él les dió indicaciones de que podían tomarse un descanso hasta que se entregaran los resultados.

Sin embargo, durante ese tiempo faltó a clases, no contestó los mensajes ni las llamadas y tampoco atendió el día que Itsuki decidió pasar por su casa.

El chico había desaparecido.

O al menos hasta que fue la entrega de resultados, ese día Futarou tampoco se presentó a clases, pero apenas iniciaba el día, el mismo mensaje le llegó a todas las quintillizas a su teléfono.

***

Lamento mi reciente ausencia, tuve que irme de imprevisto y se me hizo imposible avisarles, en fin, me gustaría hablar con todas ustedes terminando las clases, las espero en la biblioteca.

***

– ¿Quien fue la graciosa que le dió mi número?–. Preguntó Nino con mirada acusadora.

Todas las hermanas miraron a Itsuki inmediatamente.

– Perdón... me compró un helado a cambio–. Contestó la pelirroja sonrojandose.

Nino suspiró con resignación.

– Como sea, lleva casi una semana sin mostrar su cara, ¿Y ahora nos habla como si nada?

– F-futarou debe tener sus razones–. Dijo Miku intentando defenderlo.

– Puede que si, pero si iba a irse al menos pudo habernoslo dicho–. Comentó Ichika esta vez.
– ¿Quién a favor de un interrogatorio quíntuple?

– ¡Yo!–. Levantaron todas la mano.

Así entonces, caminaron un rato más hasta llegar a la biblioteca, y algo cautelosas, miraron por la ventana para comprobar la presencia de Futarou.

Ciertamente ahí estaba su tutor, sin embargo, la condición en la que éste se encontraba hizo que la mayoría de las hermanas no se atrevieran a ir con él.

– …¡¿Sucede algo?!–. Futarou finalmente notó la presencia de las cinco.

– ¿A nosotras?–. La segunda hermana entró  antes que todas las demás.

El chico sabía bien a lo que se refería, después de todo, tenía dos parches en el rostro, cortadas y varías vendas en el cuerpo que afortunadamente no eran visibles para sus estudiantes.

– Ah… me caí–. Explicó mirando hacia la ventana.

– ¿De cara y sin meter las manos?–. Preguntó la pelirosa nuevamente.

– …Fue una caída dura.

Luego de aquella última frase, las cuatro chicas que no habían hecho movimiento alguno por fin se precipitaron hacía el velozmente.

– ¡¿Qué te ocurrió?!–. Exclamó la primera de ellas justo antes de tomarlo entre sus brazos y dar inicio a un sinfín de diálogos más.

– ¡¿Te peleaste?!

– Déjame ver a mi también.

– Itsuki Chan, nosotras también queremos ver.

– Apártate Itsuki.

– No quiero, yo llegue primero.

Futarou solo suspiró mientras las cuatro hermanas lo halaban a diferentes lados discutiendo su custodia. Y por su parte, Nino solo observó toda la escena en completo silencio, o al menos hasta que fue capaz de notar una muy sutil mueca de dolor proveniente del chico.

Las 5 Fases De Mi PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora