Las 5 Fases De Mi Plan

41.- Juez, verdugo y jurado

– ¿Y bien?, ¿Tienes alguna novedad sobre Mudou y los demás?

– Si, los encontramos en una bodega al este de la prefectura–. Informó el único de los presentes que se hallaba de pie en el lugar.
– En cuanto a su estado... es mejor que lo vea usted mismo–. Extendió una pequeña pantalla táctil que llevaba en las manos.

El hombre miró la pantalla con detenimiento, luego, le pasó la susodicha imagen al individuo a su lado izquierdo.

– Bueno, ciertamente estos son nuestros hombres… –. Comentó con seriedad.
– Pero debo decir que ahora casi parecen una obra de arte moderno.

– Yo dije desde un principio que Uesugi Futarou debía ser eliminado–. Un hombre de edad avanzada tomó la palabra ésta vez.
– Por el amor de dios, el bastardo ni siquiera puede beber legalmente y aún así nos ha tenido de manos atadas los últimos tres años.

– Estoy de acuerdo–. Asintió otro de ellos.
– No podemos seguir tolerando la insolencia de ese mocoso; o nos hacemos cargo de él ahora… o todo se volverá realmente problematico para nosotros.

Cada uno de los presentes apelaron a favor de la propuesta dada.

– Podemos deliberar sobre eso... luego–. Dijo el individuo que se postraba sobre el asiento central mientras se cruzaba de ambos brazos.
– Antes sugiero repasar toda la información que tenemos hasta el momento… no queremos que se repita lo mismo de aquella vez, ¿Verdad?

El silencio cubrió toda la sala luego de éste último señalamiento.

– ...Bien, hace aproximadamente un mes y medio recibimos informes diciendo que el señor Takeda había dejado su puesto como director de la academia Asahiyama–. Explicó.
– Y cómo ya sabíamos de antemano, él se encontraba en una especie de... acuerdo monetario con Uesugi Futarou para ayudarle a elevar el prestigio de la misma.

– Puedes ahórrate algunas palabras–. Señaló uno de ellos.
– Todos aquí sabemos en qué circunstancias convivían esos dos.

– Por lo tanto, decidimos enviar a alguien para que vigilará de cerca sus acciones, al menos para esclarecer un poco nuestras dudas–. Continuó.
– Para ésto, todos accedimos a asignar dicha tarea a alguien que estuviera familiarizado con Uesugi Futarou, es decir...

*****

– Le dieron ese puesto a Mudou-sensei solo para poder vigilarme a mí–. Mencionó Futarou.

– ¿A tí?

– Es lo que dije, él mismo me lo confesó desde el primer día–. Reiteró.
– Aunque lo más probable es que haya pensado que era una perdida de tiempo y no me tomó demasiada importancia.

– En dado caso no veo porqué necesitabas que lo entretuviera el día de ayer–. Reprochó.
– Seguramente optó por quitarte los ojos de encima para ir a ver a Itsuki de inmediato.

– Y lo hizo, de hecho–. Afirmó el chico.
– Pero solo porque antes del segundo día no tenía ninguna motivación para mantenerme vigilado.

– ¿Qué quieres decir?

*****

– Fue entonces que recibimos un... llamativo informe de su parte–. Prosiguió.
– Según sus palabras, Uesugi Futarou mostró acciones bastante impropias de él cuando se acercó a hablar con una de las hijas del doctor Nakano; casi como si supiera cuáles eran las verdaderas intenciones de Mudou.

Antes de decir otra cosa, un hombre de traje gris levantó la mano.

– Por desgracia no tuve la oportunidad de estar presente en aquella ocasión–. Explicó.
– ¿Qué fue lo que ocurrió exactamente?