Capitulo 56 "Que tu juventud no dependa de mentiras"

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"Que tu juventud no dependa de mentiras"

Narra Alison.

Los nervios los tenia a flor de piel, mi respiración cada ver más nerviosa, pero todos mis pensamientos estaban atentos a lo que nos tiene que decir mi madre.

—Recuerdan ¿cuándo yo les dije que Harry se había con su secretaria?—

—Pues claro, como olvidarlo—gruñe Xavier con su rostro serio y de seguro con la mandíbula apretada.

—Bueno, es que. Él no se fue con su secretaria…—

— ¿a qué te refieres? —le dije.

—bueno, es que él nunca tuvo nada con su secretaria. Harry solo se fue por tratar de cuidarnos.

¡Dios! esto es complicado, bueno más que complicado ahora sí que estoy totalmente confundida.

— ¿Cuidarnos?, diablos mamá él nos abandonó como si nada  —dijo Xavier — Arrastrando la silla al pararse.

— ¡No Xavier!  —grito está— levantándose de la misma forma y acercándose a mi hermano para agarrarlo y evitar que se marchara.

—Tú no entiendes, tú no sabes en lo que estaba metido tu padre—

Y creo que fue esa la gota que rebalso el vaso, ya no daba más esto me estaba agotando psicológicamente.

— ¡Ya Basta! —grite.

Ambos voltearon la vista hacia mí, con su rostro asombrado por mi reacción.

—Los dos— comente apuntándolos con mi dedo

— Siéntense, y tú— Esta vez dirigí mi vista a Xavier que aún seguía viéndome sorprendido

 —Te callaras y dejaras que mamá nos cuente todo—y ya con eso ambos se sentaron en sus puestos en completo silencio—. De acuerdo, ahora mamá sigue contándonos y ve al grano—

—Bueno, les contare todo desde un principio—dijo está arrastrando su cabello a su espalda y respirando profundamente para después juntar sus manos.

—Con su padre nos conocimos en una cafetería, yo trabajaba ahí a medio tiempo. Fue ahí cuando comenzamos a vernos, él era tan diferente—dice mirando hacia la nada como si de verdad estuviera recordando los viejos tiempos.

—Harry, tenía ese aire de chico malo y misterioso, siempre cuando iba a la cafetería me peleaba con mis compañeras para yo poder atenderlo, él era tan serio solo hablaba lo justo y necesario, y siempre era lo mismo un café negro sin leche y con 3 de azúcar—mi madre mira a mi hermano al mismo tiempo que yo, y al hacerlo sonreímos a Xavier le gusta de la misma forma el café.

—Una vez yo me enferme y tuve que faltar una semana a trabajar, pero una noche escuche un ruido en mi ventana, recuerdo que era muy tarde todos en la casa estaban dormidos, así que asustada me levante a ver que era ese ruido y fue ahí cuando lo vi a él. Trataba de subir por la pared, yo en ese tiempo solo era una chiquilla no sabía si llamar a mis padres o abrirle la ventana, pero a fin de cuentas—.

—Lo dejaste entrar—dijo mi hermano.

—Sí, lo deje entrar. Yo estaba tan nerviosa no sabía lo que quería y cuando llego a mi ventana lo ayude a pasar, incluso me acuerdo que estaba tiritando por tenerlo enfrente de mi—

— ¿y qué fue lo que te dijo? —pregunte desesperada.

Con una sonrisa planada en la cara mi mamá me contesta— Me dijo, lindo pijama— Xavier y yo solamos una minúscula risa igual a la de mi madre.

Mi nuevo amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora