Capitulo 37

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Narra Alison

-Que me sueltes idiota, no iré a ninguna parte contigo- dije soltando un grito, ya que el idiota que me tenia del brazo, no me dejaba tranquila, solo vino a molestarme, para que nos fuéramos a follar por ahí, ¿acaso esta gente está loca?, el muy cara dura vino y me dijo, vamos a lo oscurito para poner mi polla dentro tuyo. Diablos pero qué asco.

-No me trates de idiota gatita- dice soltándome el brazo, y levantando su mano, mientras me planta una cachetada, en toda mi cara, que hace que esta se voltee, del fuerte golpe, y un ardor comience a surgirme del lado derecho, mientras me tambaleo hacia atrás, por el fuerte golpe.

Todo el ruido de las motos, gente conversando, se calla, pero solo dura unos segundos, al recuperar la conciencia de lo que está pasando, trato de levantarme, siento un gran dolor en el costado derecho de mi mejilla, me duele mucho, coloco mi mano en mi cachete, pero la separo de golpe, ya que el dolor es infinito.

-Si serás cabron- digo acercándome, para darle un golpe con mi tacón en toda su polla, mientras lo hago retroceder 3 pasos por el fuerte golpe mientras se inclina par toparse su cosa,  y gime del dolor.

-MALDITA PERRA, ESTA ME LA PAGAS- dice el idiota, reincorporándose, diablos sí que me duele la mejilla, que aun no soy consciente de las estupideces que hago, acabo de hacer mi propia tumba, levanto la cabeza para ver si hay alguien que me pueda ayudar, pero no veo nadie conocido, toda la gente, pasa como si nada, otros miran con diversión el espectáculo, pero claro… nadie hace nada, como siempre.

-Ven acá muñeca, no muerdo- dice, acercándose a mí, mientras le cuesta caminar un poco, por el dolor que le otorgue gracias a mi lindo tacón.

-Que me dejes en paz CABRON DE MIERDA!- digo ya enojada, haciendo que este se ponga recto, y me mire con sus ojos negros apretando su mandíbula y su puño, con el que me había golpeado antes. Al ver la cara de enojo que me pone, retrocedo unos pasos, mientras el avanza más a mí, pero en qué diablos estaba pensando, Dios mío que alguien venga…

-Mala elección de palabras, amor- me dice, tomándome muy fuerte del brazo, mientras me acerca más a él, mientras yo pongo mis manos como puedo en su pecho para darnos una distancia promedio, su aliento huele a cerveza y droga, que hace que se me revuelva el estomago.

Pero el imbécil, justo cuando me iba a volver a golpear, retrocede unos pasos, como si tuviera miedo, yo no entiendo lo que pasa, el viaja su mirada a algo que hay detrás de mí, pero por su cara, se le nota que le tiene mucho, mucho miedo.

-NO LA VUELVAS A TOCAR ESCUCHASTE- dijo una voz ronca, pero una que nunca olvidaría, tan solo en escucharlo, me relajo, y miro sobre mi hombro, para observar a un Colton, con los puños cerrados, su mandíbula tensa, y sus cejas tan juntas por el enojo, que parece que solo tuviera una, hasta que yo misma sentí miedo de verlo así.

-Em…Em… hermano, yo… yo no sabía que era tuya…- dijo el otro tipo, mientras comenzaba a caminar hacia atrás.

Pero Colton no le dio tiempo ni de dar otro paso más porque ya estaba arriba del golpeándolo con sus puños, mientras le daba en el rostro, nariz, estomago, en todas partes.

-AAH…- se me escapo un grito, al ver como Colton le seguía golpeado la cara, mientras hacía que esta se comenzara haber de un tono rojo oscuro por la sangre, que salió del otro.

Doy un salto cuando unos brazos me toman de los hombros, me giro y quedo cara a pecho con dos hombres de traje, se parecen a los hombres de negro (la película), son tan altos que tengo que levantar la vista.

-¿Se encuentra bien, señorita?- pregunto el más alto, con una voz espesa y ronca, yo los miro con temor, y asiento, algo confundida, deben de ser algo especial de este lugar, ya que no combinan con las demás personas.

Mi nuevo amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora