Capítulo 16: Cita (II).

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***
Anduvieron por las calles, parando en una tienda para comprar bocadillos y otras cosas para comer y beber, llegando a salir de la ciudad.

—Oye, Deku; ¿por qué nos estamos alejando tanto?

—Ya te lo he dicho, Kacchan. Quiero llevarte a un lugar especial.

—Sí, lo sé pero, ¿está muy lejos?

—No mucho, así que puedes estar tranquilo.

—Espero que sea cierto, maldito nerd.

—Sí, sí, no te preocupes.

Katsuki no dijo nada más y se dejó llevar por Izuku durante los diez minutos que tardaron en llegar a su destino.

—¡Ya llegamos!—Exclamó Midoriya.

Bakugou miró al frente, encontrándose con un árbol.

—¡¿En serio me has arrastrado hasta aquí por enseñarme un puto árbol?! ¡Voy a matarte!—Le regañó comenzando a activar su kosei.

Midoriya puso sus brazos cruzados en su cara con el fin de protegerse para poder decirle lo siguiente a su novio:

—¡N-no es un simple árbol mira hacia arriba!

El rubio cenizo paró en seco y elevó su mirada, siendo ya capaz de visualizar una casa de madera que estaba bastante alta y tapa casi al completo por las hojas del árbol.

—¿Una casa de árbol?

—Sí, es una que hicimos el primer verano en que él fuimos amigos cuando éramos pequeños; ¿no lo recuerdas?

El de ojos rubí continuó observando la casa tratando de evocar alguna memoria que tuviera de ella y entonces, un vago recuerdo se manifestó en su mente.

Se veía a Izuku y a él como niños un día de verano, ambos estaban aburridos y no sabían qué hacer para divertirse hasta que a Katsuki se le ocurrió una idea.

—¿Por qué no hacemos una casa de árbol para nosotros?

El pequeño de ojos verdes intentó recordar qué era exactamente una casa árbol y cuando pudo imaginarlo, le contestó:

—¡Sí! ¡Hagámosla!—Gritó emocionado.

—Bien, ahora tenemos que conseguir madera.

Para ello debían conseguir tablas de madera pero, como debían comprarlas, les consultaron a sus padres previamente. Y, aunque les costó convencerlos, lo lograron.

—¡Por fin podremos hacer nuestra propia casa! ¡¿No estás feliz, Kacchan?!

—¡Obvio!

Caminaron hacia el campo acompañados por Masaru y, tras andar durante bastante tiempo, encontraron un árbol que les gustó.

—Este es el indicado.—Afirmó Katsuki parado frente al árbol.—¿Te gusta, Deku?

—¡Sí, es genial!

Seguidamente avisaron al padre de Bakugou y éste, con la colaboración de los dos niños, hicieron una bonita casa se madera. Algo que les hizo muy felices pues allí pasarían por momentos muy buenos.

Volviendo al presente, el alfa miraba a su novio expectante. Pues no había pronunciado palabra.

—¿Kacchan?

Al oír su apodo, volvió en sí y miró al pecoso.

—Sí, acabo de recordar algo.

—¡Genial!—¿Quieres que subamos?

Lucha.(Dekukatsu)(Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora