Fruto del Deseo

13. Fiesta de fin de año (parte I)

Por suerte, el taxi tomó un atajo y estuve en poco tiempo en la oficina de Matt. Nos saludamos rápidamente y me explicó en pocas palabras lo que yo debía de hacer en su ausencia. Asentí y le di un pequeño empujón para que se fuera

- Vamos, apresúrate Matt! -dije acelerada- y por favor, llámame o notifícame cuando estés con Milo

Matt se separó de mí y afirmó con la cabeza mientras se alejaba. Presiona el botón para llamar el elevador y de pronto se gira hacia mí

- Por cierto, esta noche estás alucinante -dice mientras el sonido del ascensor anunciaba su llegada-

No alcancé a responder nada, ya que entró rápidamente a la cabina y se fue. Yo me senté en el despacho de Matt y miraba impacientemente mi teléfono esperando algún llamado... Dios, esto es realmente angustiante. Entonces me río nostálgicamente al recordar todos los momentos que he compartido con estos dos: a Milo y Mat Ford los conocí cuando tenía aproximadamente 5 años. Milo tenía mi edad y Matt era 4 años mayor. Su padre era mi benefactor directo. Por lo general, los benefactores son personas con mucho dinero que hacen aportes anónimos; gente adinerada que se vanagloria diciendo que ellos ayudan fundaciones. Creo que lo hacen para sentirse mejores personas. Pero el señor Eduard Ford era diferente, él no solo hacía llegar el dinero, también se preocupaba de la persona a la que apadrinaba. En ese caso yo fui una niña con suerte; aunque su preocupación por mí tenía también una explicación bastante triste: Milo tenía una melliza, que falleció cuando tenían 2 años. Coincidentemente ellos nacieron el mismo día que yo, un 5 de abril, así que las hermanas de la fundación siempre decían que probablemente él viese en mí a su hija fallecida; yo creo que tiene mucha lógica, ya que desde que tengo memoria, me miraba con nostalgia y en en más de una ocasión mencionaba "si mi hija estuviese viva, sería como Zoé". Él había sido como un padre para mí y Milo y Mat como mis hermanos. A la señora Ford la he visto muy pocas veces; dicen que desde que su hija falleció cambió completamente. Estuvo años internada en un centro tratando su depresión y una vez que la dieron de alta, se dedicó a viajar.

En fin, yo le debía mucho a esa familia, además, realmente los adoraba, así que considerando la situación, no era extraño que corriera si algo les ocurría.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos. Lo abro rápidamente ya que me acaba de llegar un mensaje de Matt

"Zozo, estoy con Milo y se encuentra bien. Acabo de recogerlo y lo llevaré a casa. Le dije que te llamara, pero se negó; debe estar avergonzado. No te llamo porque tendré una conversación con él mientras manejo, pero en cuanto llegue a la oficina, te comentaré todo. Calculo que estaré allá en 30 minutos"

Mi corazón comienza a palpitar con tranquilidad al saber que Milo está bien. Le respondo 

"Me alegro que esté todo bien, tu mensaje me devolvió el alma al cuerpo. No te preocupes por el tiempo, solo maneja con cuidado... Y no seas hostigoso con Milo; debe haber tenido sus motivos para actuar de esa manera, así que si no te quiere contar, solo déjalo. Hablará cuando él lo estime conveniente. Dile que lo adoro"

Una vez que Mat volvió, nos quedamos charlando un momento. Tal y como esperaba, Milo no quiso contarle nada a Matt. Sé que Matt es un hermano muy amoroso y preocupado, así que probablemente querrá que yo hable con Milo

- Zozo, por qué no te quedas y me esperas. Estaré listo en un momento. Podemos ir a casa y ver algunas películas. Papá llega mañana de su viaje, así aprovechas de verlo, ya que que no para de preguntar por ti. Podemos disfrutar algunos días juntos; creo que a Milo le haría bien compartir contigo en estos momentos...

La idea me entusiasmó muchísimo, ya que, en primer lugar, estaba preocupada por Milo y en segundo lugar, mi estadía allá era bastante divertida. Estaba a punto de aceptar su oferta cuando mi teléfono sonó. Era Julieta. Le hice una señal a Matt dándole a entender que que contestaría y él asintió. Me moví un poco para hablar tranquila