33. La caída

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Zoe:
Milo me llevó hasta mi apartamento y perdí la noción del tiempo. Solo lloré y me desahogué hasta que pude calmarme y todo quedó en silencio

- Dejaré de trabajar para Duncan -dije rompiendo el mutismo del ambiente-

- Milo acarició mi cabeza - Si eso es lo que quieres, esta bien. Te apoyaré en todas tus decisiones y -hace una breve pausa- No te preocupes por el dinero yo...

- Lo interrumpo y niego con la cabeza - Ya tengo otro empleo. Digo, el profesor que estuvo reemplazando a Noah la semana anterior me lo ofreció y lo aceptaré

- Bien. Solo... no te sobreexijas

El ambiente vuelve a quedar en silencio por un momento hasta que Milo, con notoria dubitación decide hablar

- Él ya lo sabe? -desvía la mirada nervioso- M-Me refiero, el padre ya lo sabe? Se lo has dicho?

A estas alturas doy por sentado que Milo ya sospecha de la identidad del hombre con el que estuve. A su pregunta, solo meneo mi cabeza en señal de afirmación

Milo comienza a morder el extremo de su labio inferior y vuelve a arremeter

- Y qué ha dicho? Han decidido qué es lo que harán?

Antes de responder trago duro y doy un enorme suspiro para tomar fuerzas y no largarme a llorar nuevamente

- No hay nada que "tengamos" que decidir... Las decisiones las tomaré por cuenta propia

Milo capta lo que quiero decir y veo cómo frunce el ceño y aprieta los puños al punto de perder color en las manos; sus nudillos se vuelven color blanco y poso mis manos en las suyas

- Estaré bien -digo intentando incluso convencerme a mí misma de que así será-

- Sabes que Matt y Julieta ya lo hubiesen asesinado y que en este instante estarían alimentando a los tiburones con su cuerpo?

- Afirmo sus dichos con mi cabeza -Para luego hacer una danza alrededor de una hoguera con los restos

Ambos reímos estruendosos y el sonido proveniente de mi estómago nos hizo callar

- Wow! Zozo, creo qué hay maneras más sutiles de decirme que tienes hambre

- Palmeo su brazo- Calla, que vomité el poco desayuno que había tragado -me río-

- Abre los ojos con preocupación- Prepararé algo rápido. Tú te acuestas y esperas

- Pero...

- me interrumpe- Pero nada! Puedes tomar una ducha o dormir mientras tanto. Confía en mí -me guiña el ojo-

- lo observo con duda y alzo los brazos en señal de rendición- Como digas

Durante toda la tarde intenté hacer como si nada hubiese pasado, sin embargo, cada momento de silencio era invadido por los recuerdos de esa noche en el departamento de Noah, luego, se superponía lo que había ocurrido esa mañana en su despacho

Le pedí a Milo que se quedara y él aceptó enseguida. Me hacía bien que estuviese conversándome de lo que fuera, eso me distraía

El día sábado lo escuché por la mañana hablar por teléfono con sus compañeros y disculparse por no haber respondido el día anterior; mencionó trabajos y proyectos de la universidad. Entendí que también tenía cosas que hacer y no quería ser un obstáculo, así que luego de desayunar le dije que se fuera

Milo debatió mi decisión, sin embargo, le aseguré que tendría la tarde ocupada estudiando, terminando mis deberes y respondiendo la solicitud del Señor González. De todas maneras, era cierto, tenía en que mantenerme ocupada. A regañadientes tuvo que aceptar y finalmente se fue.

Fruto del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora