Noah:
Dio un portazo y se fue... No supe qué hacer en ese momento. Quise seguirla para dejar las ironías a un lado y hablar como personas adultas y civilizadas. Pero ya la había cagado lo suficiente desquitando con ella la rabia que sentía tanto por su desvergüenza, como por mi imprudencia. Me pasé las manos por el cabello y sin querer jalé un poco de él debido a la ofuscación. Caminé hacia el sofá y me dejé caer tapando mi cara con el antebrazo; estaba realmente frustrado. Tengo 28 años y hasta el momento, tenía toda mi vida perfectamente planificada y bajo mi absoluto control. En los 4 años que llevaba impartiendo clases, eran muchísimas las estudiantes que se me habían insinuado o incluso ofrecido, pero jamás acepté a ninguna de ellas. Sin embargo, esa mañana había despertado con una de mis alumnas desnuda en mi cama. Qué mierda me hizo para que aceptara acostarme con ella? Sigo sin recordar qué pasó exactamente anoche, pero si algo tenía claro es que ella sacaría provecho de la situación. Le había dado mi número y no tardaría en comunicarse conmigo para poner sus condiciones o pedir una compensación- de pronto, vienen a mí cabeza las palabras desagradables de mi padre: "nada es gratis en la vida. Todo lo que te entregan tiene un costo, porque nadie hace nada sin esperar algo a cambio" ouch! Mi cabeza comienza a doler nuevamente y algunas imágenes vuelven a mi mente. Claro, ayer vi a mi padre y como siempre cuando debo juntarme con él, bebí demasiado. Creo que ahí comenzó mi borrachera. Me pongo de pie para ir por un vaso de agua cuando comienza a sonar mi celular -Zoe- pensé y me reí de manera irónica -tardó mucho menos de lo que esperaba en comunicarse conmigo - cuando tomo el móvil me doy cuenta de que en el visor aparece el nombre de mi padre. Decido no responder, hoy realmente no estoy de ánimo. En principio, mi intención era ordenar y limpiar el departamento, sin embargo, mi cabeza pesaba y la espalda me dolía por los rasguños que tenía, así que opté por dejarle el trabajo a la señora Susan, que viene a mi apartamento 3 veces por semana. Soy una persona bastante ordenada, así que digamos que ella viene a ayudarme a mantener el orden mientras no estoy. Decido volver a recostarme en el sofá, pediré comida de algún delivery y me tomaré el día. Pienso por un momento en apagar mi móvil o ponerlo en modo avión, pero luego recuerdo que Zoe se comunicará en cualquier momento, así que lo dejo como está.Suena el timbre y salgo a recibir el almuerzo que había pedido. Me siento en la mesa de la cocina y cuando estaba en la mitad de mi comida, comienza a sonar nuevamente el teléfono -Zoe- pensé otra vez y el visor me mostraba que nuevamente estaba equivocado. Era Adam, mi mejor amigo. Le pedí perdón mentalmente, pero no estaba de humor para hablar con nadie. El móvil no paró de sonar y al cuarto llamado decidí atender, podía tratarse de algo importante.
- Hola - digo un poco cortante. No tenía intención de alargarme en la conversación
- Noah -su voz sonaba afligida - dónde te encuentras en estos momentos?
- Adam, estás bien? - me preocupé al escucharlo- Estoy en mi departamento. Qué sucede?
- Estoy en el hospital -hace una pausa que parece una eternidad - mi mamá tuvo un accidente
Qué? No, no puede ser. Este debe ser por lejos uno de los peores días de mi vida. La señora Megan era la madre de Adam, pero también era como una madre para mí. Fueron mis vecinos cuando yo era pequeño y ella siempre me recibía en su casa cuando mis padres se iban a viajes de negocios o de placer -que era bastante seguido-. Esa casa era realmente un hogar para mí.
- Voy inmediatamente para allá. Dime dónde estás
Volví a mi departamento a eso de las 11pm. Había sido un día realmente agotador. Megan tuvo una trombosis y la operaron de urgencia. Para cuando me vine, ya la habían pasado a la sala de recuperación. Dijeron que estaba estable, que por el sitio de la lesión tenía un buen pronóstico y que ahora había que esperar a que despertara. Estaba exhausto, así que quise subir a mi habitación, pero la verdad es que no tenía ganas de rememorar lo vivido en la mañana, así que me recosté en el cuarto de invitados del primer piso y agradecí que la señora Susan viniese mañana.
La alarma de mi celular empezó a sonar a las 7:30am. La señora Susan llegaba a las 8 y obviamente tenía llaves, pero cuando yo no estaba trabajando, siempre la esperaba despierto y me aprovechaba de sus dotes culinarios. Sus desayunos eran los mejores del mundo. Entré a ducharme al baño del primer piso porque aún no quería entrar en mi habitación, pero me percaté de que la batería de mi celular se estaba agotando y el cargador se encontraba arriba -maldije un poco por la situación, ya que planeaba volver a entrar en mi cuarto cuando estuviese pulcro, como si nada hubiese pasado, como si Zoe Smith jamás hubiera estado allí- entonces me vino a la mente la imagen de la mocosa y me molestó el hecho de que aún no se hubiese comunicado. Bueno, no importa, seguramente lo hará el día de hoy.
Escucho que la puerta comienza a abrirse y entra la señora Susan. Me saluda amablemente como siempre y le respondo de la misma manera. Me empieza a indicar el itinerario de limpieza. Dice que que mientras tanto pondrá a calentar el agua y preparará el desayuno. Luego subirá a mi habitación y de ahí bajará a hacer toda la planta baja. Sonrío, asiento y le menciono que iré al segundo piso a buscar algunas cosas. Ella me hace una señal de aprobación y comienzo a subir las escaleras. Me paro frente a la puerta de mi cuarto y decido entrar. Tomé el cargador y cuando me disponía a salir, decidí dejar la ropa de cama en la banqueta que estaba a los pies de esta. Así la señora Susan sabría que había que cambiar absolutamente todo. Saco el cobertor para dejarlo en la banqueta, luego la sábana superior y mierda. Qué había sucedido, qué era lo que veía -maldita sea una y otra vez, maldita sea- la cabeza me empezó a doler y mi pecho se apretó en señal de un mal presentimiento. Solo tenía la imagen de Zoe en mi cabeza: Zoe avergonzada, Zoe con cara de incertidumbre, Zoe nerviosa, Zoe ofendida, Zoe molesta. Intenté mantener la compostura - cálmate Noah Duncan- me dije a mí mismo. Quizás ese día ella estaba indispuesta -sí, eso debe de ser, hay mujeres que lo hacen estando en su periodo- me dije queriendo engañarme a mí mismo. Pero en el fondo yo sabía que no era así, sabía que esa mancha solo podía significar una cosa: virgen. Zoe Smith era virgen y su primera noche la pasó conmigo. Quise golpearme en ese mismo momento por haber llegado tan lejos con una de mis alumnas y me hundí en mis pensamientos y desesperación. No sé cuánto tiempo habré estado con la mente en blanco, pero unos pasos me hicieron reaccionar. La señora Susan subía las escaleras y yo no permitiría que viera semejante escena. Tocó la puerta y le pedí que esperara un momento. Tiré de la sábana; más tarde la llevaría a... las palabras de una Zoe avergonzada retumbaron en mi cabeza "estaré esperando la cuenta de la lavandería" -ni siquiera pude entender sus palabras en ese momento, pero hasta ahí, tampoco me importaban- Cuando saqué la sábana por completo, vi que parte de la mancha también estaba en el colchón. Decido dejarlo así y desde el cuarto le digo a la señora Susan que está bien, que yo lo arreglaré. Me pregunta extrañada si estoy seguro y afirmé ante su pregunta. Me dice que el desayuno está listo, pero realmente ya no quiero absolutamente nada. Maldita sea.
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Fruto del Deseo
RomanceZoe Smith es una estudiante universitaria muy diligente y estructurada; está empecinada en planificar su vida sin que nada se salga de control. Todo iba según lo esperado, hasta que una noche se deja llevar por la pasión y el deseo. Es así como acab...