24. Mermelada

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Noah:
El domingo no logré concentrarme en absoluto. Pensé por dos segundos en el maldito brazalete que tenía que devolver, mientras que el resto del día estuve preguntándome por qué demonios me intereso y termino involucrándome tanto en todo lo que tenga que ver con Zoe Smith. No dormí muy bien intentando encontrar respuestas y al llegar a mi oficina, lo primero que vi fueron los papeles que Zoe dispuso diligentemente. Solo los hojeé; no fue necesaria una revisión minuciosa, ya que, como siempre, sabía que todo estaba perfecto. La mañana transcurrió lenta, entre impartir clases y una junta. Nada fuera de lo normal hasta la hora de almuerzo, cuando voy pasando por fuera del casino y a través de la mampara divisé a Zoe. Al verla, mi cuerpo instintivamente se detuvo a observarla. Estaba rodeada de un montón de gente pero yo sólo podía mirarla a ella; tenía un contenedor con comida del cual sacaba trozos de manzana, también habían dos frascos. Zoe metía la manzana en uno, luego en el otro y después se lo llevaba a la boca. No sé qué tendrían esos frascos, pero me hizo preguntarme qué tan sabrosa podía ser esa mezcla, ya que la veía comer con muchas ganas. Al notar que estaba riendo en la mitad del pasillo, me di cuenta de lo estupido que me veía y decidí seguir mi camino, pero de pronto, algo entorpeció mis planes; hubo dos cosas que llamaron mi atención. La primera fue que la nariz de Zoe estaba cubierta de algo rojo, probablemente mermelada, lo cual me pareció tremendamente gracioso, pero luego vi que ese mocoso que siempre está con ella le quitó el contenido con el dedo y luego lo lamió. Pude notar que Zoe se avergonzó por este gesto, pero luego comenzó a reír alegremente. Ante la escena, mi cuerpo se movió por inercia hacia donde ellos se encontraban

- Disculpe, señorita Smith. Sé que es su hora de almuerzo, pero creo que los papeles que me dejó en la mañana tienen algunos errores. Necesito que nos cercioremos de que las planillas están correctas

Claramente estoy mintiendo, qué mierda me pasa. Sé que ella es una persona demasiado meticulosa y que me replicará enseguida que es imposible. Tendré que irme y quedaré como un tarado, es más, ya me siento como uno

- mmmmm -se mete el dedo a la boca con expresión duditativa- Dónde están los informes?

Es en serio? Realmente se lo creyó?

- Están en mi oficina -le respondo con mucha confianza-

- Ok, iré en un momento a revisarlos

No sé por qué, pero me siento terriblemente mal por haberla interrumpido de esa manera y al mismo tiempo, siento un enorme alivio por sacarla de allí. Ella se estaba levantando y alguien la toma de la mano

- Zozo, no has comido bien últimamente, creo que es mejor que termines tu almuerzo -se lo dice a ella, pero me está lanzando una mirada a mí en señal de reproche-

Qué mocoso más molesto e impertinente

- No te preocupes Milo -ella le sonríe y acaricia su cabeza- terminaré mi comida mientras reviso los papeles, lo prometo. Y recuerda que hoy pasaré a la biblioteca, así que te llamaré más tarde y si me atraso, podrías pasar por las llaves de mi apartamento?

Ella me está ignorando completamente, pero lo hace de manera inconsciente ya que solo está centrada en él. Además, qué con eso de "entregarle las llaves de su apartamento"? Ella dijo que no salía con nadie. El mocoso interrumpe mis pensamientos

- Claro que sí, Zozo. Estaré esperando tu llamado y si llegases a atrasarte, trata de no tardar tanto o Julieta y yo elegiremos la comida sin preguntarte -él se ríe y Zoe también-

La situación me molesta, pero también me tranquiliza saber que no estarán ellos solos. Comienzo a caminar para que nos vayamos y ella me sigue, pero se devuelve y le da un beso en la mejilla al crío

Fruto del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora