16. Malentendido (parte I)

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Zoe:
Salgo de su oficina con la que sería mi renuncia entre mis manos. Estúpido Noah Duncan... A veces pienso que puede leer cada uno de mis movimientos; hoy al llegar a la universidad realmente intenté evitarlo, ni siquiera quería mirarlo y es que no entiendo por qué es tan guapo. Mientras estábamos en la ceremonia de apertura las nuevas estudiantes de primer año que estaban sentadas detrás de mí comentaban entusiasmadas lo apuesto que es... Já!, solo esperen a tener su primera clase con él y descubran que es un lunático. Aún así y para mi desgracia, tienen razón, parece salido de una revista. Me sentí como una quinceañera, ya que me ponía nerviosa de solo mirarlo, así que decidí no hacerlo, cerré mis ojos, me hundí en la silla y apoyé mi cabeza en Milo. Ahora acabo de retirar mi renuncia y tendré que soportarlo; solo el hecho de pensarlo me cansa aún más de lo que últimamente he estado. Camino por el pasillo en dirección a la biblioteca y tomo mi pelo para atarlo en una coleta, entonces noto que se me caen algunos cabellos; esto es peor de lo que creí. Viene a mi mente la conversación que tuve con Julieta el día de ayer; la última semana se me había caído bastante el cabello, así que se lo comenté a Ju.

- Debe ser el estrés -me dijo-

Tiene sentido, pensé

- Pero no te preocupes, me conseguiré muestras médicas de pastillas anticonceptivas con mi hermano mayor para que las mezcles con tu shampoo

Rodé los ojos dándole a entender que eso era tonto -yo ya había escuchado que muchas chicas lo hacían, pero sabía que no habían estudios que confirmaran su eficacia-

- Ya verás cómo se fortalece -ella reía mientras me tocaba el cabello-

Decidí no discutirle. Después de todo, solo entraríamos en un tonto debate y no pretendía perder el tiempo de esa manera, sin embargo, ahora que lo pienso, quizás no sea una mala idea intentarlo. Incluso creo que debería ir a hacerme un chequeo médico, ya que además de la caída del cabello, está el hecho de que he estado extremadamente cansada y mi menstruación estuvo extraña este mes; solo duró dos días y manché mis toallas sanitarias con una sustancia color café, que es la que acostumbro a ver los últimos días de mi periodo. Iré a ver un médico cuando tenga tiempo, ahora que voy a seguir siendo la ayudante de este demonio, debo enfocarme en soportarlo y desempeñar mis deberes lo mejor posible para callarle la boca. Llego a la biblioteca y saco mi computadora; tengo una hora libre, así que intentaré adelantar algo de trabajo.

 Llego a la biblioteca y saco mi computadora; tengo una hora libre, así que intentaré adelantar algo de trabajo

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- Zoe! Ey, Zoe, despierta...

Escucho una voz a lo lejos; abro los ojos y me enderezo rápidamente. Julieta está parada a mi lado

- Qué hora es? -le pregunto asustada-

- Pasan de las una de la tarde, estás bien? -me mira expectante-

- Demonios! Me quedé dormida! -le digo mientras guardo en mi bolso las cosas que tengo sobre la mesa-

- Estas bien? Estaba extremadamente preocupada cuando vi que no llegaste a la clase de Gramática Inglesa. Pensé que te podía haber pasado algo cuando fuiste a presentar tu renuncia...

Fruto del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora