¿Cómo podrías tener una vida normal siendo madre soltera mientras el padre de tu hija ni siquiera está enterado de que existe ella o sigues existiendo tú?
Así es mi vida ahora.
23/05/2021
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—¿No sientes raro que Holly le siga diciendo papá a Jesse?—Me encogí de hombros.
—Es más de cariño, ambos lo saben, yo ya platiqué con Holly y le dije que su papá estaba fuera de la foto—Le expliqué a Ani quien asintió no muy convencida.
—Aún así, ella es una niña, los niños se ilusionan rápido—Suspiré.
—Lo sé. Pero lo bueno es que no lo necesita, gracias a Dios no le falta nada.
—Sólo un papá—Entrecerré los ojos mirándola—Bien mira, tal vez ahorita ella esta calmada porque Jesse está ahí. Pero Jesse no siempre estará aquí—Mordí mi labio intentando evadir mis pensamientos—Cuando la niña entre a la escuela verá a los papás de sus compañeros besándose y se preguntará porque tu no tienes a alguien así.
—Ani, ese es mi miedo más grande—Confesé—Falta mucho para que entre a la escuela así que ¿podríamos no hablar de esto?—Ella asintió.
—Lo siento—Negué.
—Esta bien, eres mi amiga, gracias por ser honesta conmigo—Dije abrazándola.
Y era cierto, todo lo que he hecho por Ani era por mi cariño hacia ella, era una gran chica, ella era más que mi niñera pues entre las dos cuidábamos a Holly y lo que le pagaba era un regalo, por el cuidado a mi hija y la compañía que me hacia.
—Bueno ahora a arreglarse—Dijo ella—Si no se nos hará tarde y no tengo ganas de lidiar con una estresada Rosie—Reí
—Será mejor que no—Contesté
.
—El chofer ya está abajo ¿Están listas?—Habló Jesse llegando a la habitación.
—Holly, ponte el vestido—Ordené una vez más.
—¡No!—Entrecerré los ojos.
—No hagas enojar a mamá, ¡Nos tenemos que ir!
—Rose ¿estos aretes se ven bien?
—No lo sé—Contesté sin mirarla.
—Mami, mejor pijamada—Propuso Holly.
—Si amor, regresando lo prometo, ahora ponte el vestido—Ordené una vez más.
—No se ven bien, que tal si el amor de mi vida esta ahí y yo con estos aretes que me hacen ver la cara hinchada—Se quejó Ani.
—¡Silencio!—Exclamó Jesse obteniendo tres pares de ojos sobre él—Ani, Ro te prestará otros aretes.
—Están en el tercer cajón del estante de mi armario—Expliqué, Ani asintió agradecida y caminó hasta allá—Holly, por favor amor, no hagas enojar a mamá este es un día importante.
La mirada de Holly lo decía todo, ella no quería ir y tampoco quería que yo fuera.
