PAPÁ POR ACCIDENTE | Tom Holland

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—¡Puta madre!—Exclamé aventando un cojín a la pared.

—¡5 al tarro!—Fulminé con la mirada a mi amiga—Perdón, la costumbre de estar con Holly.

—Todo se fue a la mierda—Comenté molesta.

Era cierto que trataba de ocultar mi tristeza con mi rabia, pero en este momento eso no me resultaba importante.

—No amiga—Ani se acercó, se subió a la cama y se hincó frente a mi—No es así, tu aún tendrás a tu niña—Ella me hablaba como suele hablarle a Holly.

—¿Cómo lo sabes? Ni siquiera yo lo sé, y estuve con ese... hombre, varios años.

—Si estuviste con el tanto tiempo, sabrás que tiene bastante corazón como para quitarte a Holly—Me sonrió intentando animarme.

—Si, claro—Bufé—Suficiente corazón tuvo para terminarme después de todo lo que pasamos—Rodé los ojos.

—Pero es diferente. Ella es tu hija, más tuya que de él, él se fue renunciando a ti y todo lo que te rodeaba, eso incluye esto—Alzó un poco sus cejas refiriéndose al tema—Ella no te va a quitar a tu niña.

—Tom me terminó por mudarse y querer tener a otras—La miré atentamente—El sabía que eso me destruiría y aún así lo hizo, ¿Qué te hace pensar que no haría lo mismo esta vez?

Ani me miró unos segundos sin decir nada, sólo bajó la mirada y comenzó a jugar con sus anillos, de alguna forma me sentí mal pues por un momento sentí que me desquitaba con ella.

—Lo siento Ani, es que...—No supe que más decir.

—Está bien—Ella me miró asintiendo—Si yo estuviera en tu lugar, ya tendría destruido todo esto—Hizo pequeños círculos con su dedo en el aire señalando toda la habitación.

No dije más, por instinto llevé mis manos a mi rostro y las lágrimas fluyeron por si solas cayendo por mis mejillas, los sollozos aparecieron después, trataba de dejar ir todo mi coraje y miedo en esas respiraciones aceleradas que no se detenían ni un segundo.

Ani no hizo nada, sabe que lo único que necesitaba ahora era eso, permitir que yo soltara todas mis emociones guardadas.

Entonces el timbre de la puerta principal sonó.

—Yo lo atiendo—La escuché decir para después sentir el espacio vacío en mi cama.

Escuché los pasos en las escaleras hasta la puerta abrirse, los murmullos se hicieron presentes, de hecho tardaron mucho tiempo hablando.

Decidí concentrarme en mi, tratar de cesar el llanto pero por ahora eso no me resultaba nada probable, apenas podía respirar.

Fuera del hecho de la custodia completa y de que el podría arrebatarme a Holly, también estaba el hecho de que era Tom.

Era mi Tom, el que solía amar, el que me platicaba sus historias con sus hermanos, quien me sacaba de mi casa a mitad de la noche sólo para admirar las luces de la ciudad a solas.

Era mi Tom... ahora ya no más.

Entonces los pasos de las escaleras se hicieron presentes, y pronto se escucharon en mi habitación.

Sentí un gran peso a mi lado que pronto tomó mis piernas y las colocó en su regazo antes de acurrucarme en su pecho pasando su brazo por mi espalda.

—Está bien linda—Escuché su voz—Estamos aquí contigo.

Ani se sentó del otro lado, recargando su cabeza en mi espalda acariciando mi brazo.

—Si Ro, y no nos iremos, no estás sola.

Minutos pasaron y ninguno se movió de su lugar, supe que esas palabras, son las que me confortaron, las que me hicieron dejar de sollozar y recuperar mi respiración. Gracias a la compañía de mis amigos, su apoyo hacia mi, sé que podía mover montañas con eso.

—¿Entonces tiene novia?

—Arruinaste el momento Jesse.

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—No, pero en serio—Escuché a mi amigo hablar con la boca llena—El mejor amarre que le puedes dar a un hombre, es el de tener una hija.

—Ajá ¿Y?—Habló Ani—¿Cuál es tu punto?

—Pues que Rosalie tuvo la oportunidad de amarrarlo ¡Y la rechazó!—Yo reí en ese instante.

—¿Por qué querría hacerlo?—Pregunté obvia—Lo nuestro había terminado ya, el ya no quería tener nada conmigo para nada.

—Bueno eso sí, tienes razón—Dijo el metiendo otro dorito a su boca—Aparte ese tipo era un imbecil.

—Es—Corrigió Ani—El tipo correcto para Rosalie aún no aparece en su vida—Fruncí el ceño.

—Claro que si, soy yo—Miré a Jesse divertida por lo que recién había dicho—Sólo mírate—Me señaló—Te traigo loquita por mi, super controlada—Tronó sus dedos como una total diva

—Primero aprende a controlar tu vida—Palmeé su espalda—Y luego hablamos.

—No sabe ni lavar su ropa—Ani bufó a lo que ambas reímos mientras el solo nos fulminaba con la mirada.

—¿Tu cómo sabes que el hombre para mi aún no aparece?—Pregunté divertida.

—Tu horóscopo lo dice—Solté una carcajada.

—¿Cómo así?—Volví a reír—Espera, ¿Cómo sabes mi horóscopo?—Ella se encogió de hombros.

—Por tu cumpleaños boba—Me dio un leve golpe en la frente—Y porque tienes toda la cara de un virgo—Fruncí el ceño.

—¿Así luce un virgo?—Señalé mi rostro.

—Si—Miré a Jesse quien asentía—Totalmente.

—¿Tu que signo eres?—Le pregunté, el tragó su bocado para hablar.

—Escorpio—Hice una mueca.

—Con razón—Asentí entendiendo, miré a Ani quien también hacia lo mismo que yo a lo que reímos.

—Ríe lo que quieras—Dijo Jesse con egocentrismo—Pero escorpio es la pareja ideal de virgo.

—Seguro que si—Reí—¿Tu que signo eres?—Le pregunté a Ani.

—Leo—Contestó sonriente.

—Se nota—Dije mirándola divertida.

—Si, lo sé—Ella me empujó un poco riendo.

—¿Y sabes quién es la pareja ideal de Leo?—Ambas miramos a Jesse.

—¿Quién?—Lo miré con ironía ya que esperaba que dijera Escorpio.

—Nadie—Contestó él.

Yo bufé a lo que Ani simplemente se defendió tirándole un cojín logrando que cayera de la cama, los tres soltamos la carcajada.

Ahora si me sentía bien, junto a las personas que quiero pasando un buen rato.

Entonces un llanto se escuchó.

—Ya despertó tu rayo de luz que le da miedo la soledad—Escuché a Jesse.

Suspiré, volviendo a lo mismo...