•Les Presento: Su Fin•

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―Ya vienen los casacas rojas, ya vienen los casacas rojas ―murmuraba Garret.

Con paso decidido y lento se acercaban la guardia junto con los Vulturi, la mano de Annie se aferro con fuerza a la mía a medida que aquellos vampiros sádicos se aproximaban hacia nosotros. Los ojos de Aro se paseaban por todos nosotros, mostrando desconcierto conforme estudiaba aún más los rostros presentes.

―Aro esta buscando a Alice ―informo Edward.

Irina apareció entre ellos, alzando el rostro con orgullo como si sintiese que estaba del lado correcto de la línea, o al menos hasta que vio a sus hermanas de nuestro lado, entonces el terror se pinto en todas sus facciones y su mirada se paseaba nerviosa entre la guardia.

Los lobos hicieron acto de presencia, gruñendo y mostrando los dientes a cada uno de los integrantes de los Vulturi, logrando que estos detuvieran su andar algo sorprendidos por la presencia del clan "enemigo". Jacob se posicionó a mi lado logrando que el pulso de Annie se tranquilizara levemente, lo mire de forma fugaz y él solo movió la cabeza.

Carlisle paso al frente, alterando mis nervios, sin embargo él portaba una tranquilidad digna de ser envidiable.

―Aro, hablemos como solíamos hacerlo, de una manera civilizada.

―Palabras justas Carlisle ―comenzó a decir Aro―, pero un poco fura de lugar considerando el batallón que has reunido contra nosotros.

―Te doy mi palabra, esa nunca fue mi intención ―respondió enseguida el patriarca de los Cullen―, no se ha roto ninguna ley.

―Vemos a la niña ―dijo Caius con ferocidad―. No te burles de nosotros.

Para este punto tanto Carlisle como yo habíamos perdido la paciencia.

―¡No es una niña inmortal! ―gritó a pesar de que todos lo oían a la perfección―Todos ellos lo atestiguan, mírala tu. Ve el color en sus mejillas.

―¡Artificios! ―contraataco Caius.

―¡Yo encontrare cada faceta de la verdad! ―advirtió Aro alzando una mano hacia su compañero―Pero de alguien más central de la historia. Edward, viendo a la niña colgada de tu nueva compañera, asumo que estas involucrado.

Aro extendió la mano en señal de querer ver los recuerdos de Edward, enseguida mi cuerpo entero se tenso ante la idea de que él se alejara de mi lado por lo que Annie comenzó a ponerse mucho más nerviosa que antes.

Edward acaricio el cabello de nuestra pequeña y le proporciono una ligera sonrisa en un intento por calmarla, luego elevo la vista hacia mi más ninguno de nosotros dos sonrió. En cuanto comenzó a alejarse, de un movimiento pase a Annie entre Jacob y yo.

A medida que Edward avanzaba comencé a hacer uso de mi energía, de aquella parte que había podido experimentar y expandir. Pronto logre alcanzar la mente de Edward y sin perder un segundo más procedí a llevar mi escudo hasta él, imagine que todo su cuerpo era cubierto por un manto invisible que lo protegería de cualquier riesgo. Sin embargo, sabía que si cubría su mente con mi escudo entonces Aro no podría ver aquellos recuerdos que serían la prueba de la mortalidad de nuestra hija, por lo que volví a absorber aquella energía que había liberado.

En cuanto Edward alcanzó a Aro, este enseguida capturo su mano con una sonrisa escalofriante. Los segundos transcurrieron infernalmente lentos a mi parecer, pero de forma repentina la sonrisa de Aro se desvaneció y fijo sus ojos en Annie con desconcierto y sorpresa.

―Quisiera conocerla ―dijo con fascinación esta vez.

En cuanto Edward giro su rostro hacia nosotros supe que debíamos ir, por lo que le sonreí amorosamente a mi pequeña y comenzamos a andar hacia ellos con Jacob siguiéndonos por detrás. Me detuve un momento para dedicarle una mirada a Emmett quien enseguida comprendió lo que estaba pidiéndole y se unió a nosotros.

Luz de Luna (Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora