•Lobos y una Bruja•

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La pesadilla de anoche fue completamente distinta, ya ni siquiera se trataba de Edward, sino de mi y un enorme lobo marrón. Al despertar en la mañana del Sábado, miles de preguntas se arremolinaron en mi mente, sobre los lobos, la leyenda quileute, mi nuevo don y por qué Jacob quería que recordará esas leyendas.

Esa mañana conduje hacia su casa, estaba cansada de no comprender lo que sucedía, pero sobre todo, me preocupaba lo afligido que Jake parecía con todo este asunto, con no poder contarme lo que le estaba pasando, y todo por culpa de Sam Uley.

Baje de mi coche y llame a la puerta con notable fuerza, Billy me recibió con una sonrisa nerviosa.

―Hola Billy, ¿esta Jake? ―negó, pero supe enseguida que me mentía―, lo siento pero tengo que verlo.

Pase junto a él y enseguida me dirigí a la habitación de mi amigo, abrí la puerta de un tirón y lo vi dormir plácidamente en su cama. Vi por la pequeña ventana del lugar, que Sam junto a tres chicos más, se acercaban a la casa.

Salí hecha una furia para enfrentarlos, estaba harta de que lo molestaran y le prohibieran verme o contarme lo que sea que le estaba pasando. Los tres se detuvieron al verme y Sam pareció ponerse a la defensiva con mi presencia.

―¡¿Qué es lo que le hicieron?! ―un chico junto a Sam gruño―, ¡él no ha querido nada de esto!

―¡¿Qué fue lo que te dijo?! ―me grito el mismo chico.

―¡No me ha dicho nada porque les tiene miedo!

Se rió de mi comentario y eso fue la gota que colmo el vaso, en un arranque de ira mi mano salió disparada y golpeó su mejilla.

―¡Vera aléjate de aquí! ―me grito Sam.

De pronto, aquel chico comenzó a respirar con fuerza y a gruñir, sus dientes comenzaron a transformarse en colmillos blancos y todo su cuerpo comenzó a sacudirse de un lado a otro frenético. En cuestión de segundos, todo su cuerpo se transformó en un enorme lobo gris.

Comenzó a acercarse a mi de forma peligrosa y actúe enseguida. Mis manos se alzaron en defensa y aquel brillo azul se formó en estas para salir disparado hacia el lobo, quien voló por los aires hasta el otro extremo del lugar. Enseguida se puso de pie y echo a correr hacia mí, con una mano lo mantuve inmovilizado mientras que con la otra, le enviaba grandes cantidades de escarcha.

―¡Demonios Vera!

Gire mi rostro y vi como Jacob daba un salto para transformarse en un lobo marrón gigante. Todo explotó en mi cabeza, comprendiendo y dejándome helada. El lobo que, se suponía era Jake, se abalanzó hacia el gris, mordiendo su cuello e introduciéndose al bosque.

―Lleva a Vera a casa de Emily.

Sam salió disparado hacia donde habían desaparecidos los dos gigantes animales y el chico restante y Embry se acercaron a mí.

―Ya se dejó ver el lobo. Por cierto, soy Jared.

Traté de sonreírle, pero aún estaba lo suficientemente anonadada como para no hacerlo. Nos dirigimos a mí coche y Embry ocupo el lugar del conductor, Jared a su lado mientras que yo atrás.

Durante el camino no pude dejar de reproducir las imágenes de Jacob como un lobo, me golpee mentalmente por no haberme dado cuenta antes, me sentía una idiota, porque después de todo, siempre había estado frente a mis narices. Incluso me molestaba el hecho de que me sorprendiera descubrir que existían los lobos, después de todo, he convivido con siete vampiros, y yo soy una extraña adolescente que controla, hielo, nieve, fuego (o al menos lo hacía) y, ahora, podía mover cosas y personas.

Luz de Luna (Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora