•El Plan•

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Annie dormía plácidamente en la habitación de Edward de la gran casa Cullen, solo entonces habíamos decidido reunirnos en el estudio a hablar sobre lo que significaba en nuestras vidas el hecho de que Irina creyese que mi hija, era una niña inmortal

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Annie dormía plácidamente en la habitación de Edward de la gran casa Cullen, solo entonces habíamos decidido reunirnos en el estudio a hablar sobre lo que significaba en nuestras vidas el hecho de que Irina creyese que mi hija, era una niña inmortal.

Todos estábamos sumamente preocupados, la tensión que irradiabamos era casi palpable y me pregunté cuanto más podría soportar Jasper percibiendo las emociones de todos, pero sobre todo mis sentimientos mezclados. La confusión y enfado junto a la preocupación y el miedo, estaban haciendo estragos en mi cuerpo y provocaban que mis dones se removieron frenéticos por todo mi cuerpo, generando una pequeña capa de hielo que se extendió debajo de mis pies sobre el suelo, el ya conocido brillo azul de mi energía iluminó mis manos e hice un gran esfuerzo por no dejar libres grandes llamas de fuego.

Mis manos se deslizaron por las páginas de un libro perteneciente a Carlisle, podía notar por su pasta desgastada que tenía unos cuantos años. A medida que mis ojos inspeccionaban las horrorosas imágenes que intentaban graficar lo que un niño inmortal era capaz de hacer, me fue inevitable no sentir una opresión en mi pecho.

―Los niños inmortales eran muy hermosos, encantadores. Estar con ellos era amarlos ―mis ojos se elevaron hacia Carlisle conforme me explicaba porqué esta clase de niños eran un peligro―. Pero su desarrollo se congelaba a la edad en la que cambiaban. Eran descontrolados, desobedientes, un solo berrinche destruía toda una aldea.

Aleje el libro de mi deslizandolo sobre el escritorio, me puse de pie y di un par de vueltas en mi lugar tratando de procesar de forma lenta cada palabra que Carlisle estaba diciéndome.

―Los humanos huyeron de la devastación, los rumores corrieron y los Vulturi tuvieron que intervenir. Como los niños no podía proteger nuestro secreto debían ser destruidos ―me detuve abruptamente al oírlo, lo mire con horror y una gran cantidad de hielo se extendió por el suelo―. Sus creadores estaban muy apegados, pelearon para protegerlos, se rompieron acuerdos de mucho tiempo y muchos humanos fueron masacrados. Tradiciones, amistades e incluso familias perdidas.

Apreté los dientes imaginando uno por uno a los vampiros pertenecientes a la guardia Vulturi, el rostro de Jane lleno de placer infringiendo dolor y los profundos y temibles ojos rojos de Aro desbordantes de satisfacción al tiempo en que arrancaba cabezas, pasaron por mi mente. Mire a Carlisle y este parecía una estatua en su lugar, de brazos cruzados y el entrecejo fruncido.

―La madre de las Denali creo un niño inmortal, y pagó el precio.

Comprendí enseguida a lo que se refería con aquellas palabras, supe en ese mismo momentos que estábamos condenados a la muerte por un crimen que no habíamos cometido. Mis ojos se pasearon por todos los presentes esperando a que alguno contradijera lo que Carlisle decía, pero solo recibí miradas cargadas de preocupación y miedo.

―Pero Annie no es una niña inmortal ―hable con la voz ronca debido a mi enfado―. Lo hemos visto cada día con su crecimiento y en la forma acelerada en la que ocurre, ella está viva.

Luz de Luna (Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora