Storm Blue || Riverdale

26

¿Qué esto es una serie de superheroes de mierda?

Jen Jones
Jughead y volvíamos del Whyte Wyrm al tráiler luego de una agradable noche de billar con Betty y Kevin cuando nos encontramos con el alguacil Keller frente a nuestra puerta.

—Alguacil... Lo nuestro ya no puede continuar —bromeó Jughead a unos cuantos pasos de llegar a él.

Al dar un repaso rápido alrededor pude notar que había varias personas fuera de sus trailers. Miré a Keller, tenía una cinta en la mano y en nuestra puerta había una hoja pegada.

—¿Dónde está su padre? —preguntó Keller serio.

—Trabajando en Pops, ¿Por qué? —respondí pasando a su lado, arranqué el papel de la puerta y lo leí.

Era una orden de desalojo.

—Deben desalojar, —nuestra noche tranquila se vió saboteada—, ustedes, su padre y todos en este lugar

—¿Qué? —exclamó Jughead con el entrecejo fruncido—. ¡No me diga que esto es por esa estatua! Por millonecíma vez Alguacil, no decapitamos al general Pykens. No puede usar eso como una excusa para desalojarnos a todos.

—Oye, sólo soy un mensajero ¿Si? —Keller alzó las manos en señal de paz—. Esta orden vino desde la alcaldía, al parecer tienen rentas vencidas.

Observé un segundo a Keller, ya tenía una idea de que se trataba, me acerqué a Jughead y lo jalé unos pasos lejos de Keller.

—La alcaldesa McCoy está en la nomina de Hiram Logde... Si Jossie tenía algo de razón significa que ésto es obra suya, nos está fastidiado—susurré.

—¿De qué hablabas, Jones? —cuestionó Keller intuitivo.

—Alguacil lo respeto y usted lo sabe, pero esto no es de su incumbencia —respondí lo más amablemente que pude.

—Tienen 14 días para evacuar y quizás mientras empacan encuentre esa cabeza y se calmen las aguas —concluyó el alguacil para después retirarse—. Y porfavor, Jen, piensa bien tus acciones.

De nuevo yo...

—Empiezo a pensar que sí soy yo el problema —reflexioné en voz alta mientras veía al alguacil alejarse.

—Así se comportan cuando alguien se atreve a  retarlos —Jughead puso su mano en mi cabeza y me hizo voltear a verlo—. El problema lo tienen ellos, no tú.

Asentí, aunque aún tenía mis dudas.

—¿Qué vamos a hacer, chicos? —Sweet Pea, junto a Fangs, venía hacia nosotros con el aviso de desalojo en su mano.

—No tenemos a donde ir, Jones —la voz de Fangs sonaba desesperada.

—Trataremos de hacer algo, ustedes descansen —le di una palmada a Fangs en la espalda tratando de darle algo de tranquilidad—. Todo va a estar bien.

—¿Crees que tenga algo que ver con el proyecto SoDale de Hiram? —cuestionó Jughead.

—Por supuesto que sí, solo piénsalo, compró el auto-cinema y el territorio Blossom, ¿Y para qué?... Ni siquiera el señor Andrews lo sabe exactamente, ¿Una prisión?¿Casas para trabajadores? No crees que es raro, porqué no tendría que manipular a la alcaldesa para algo como eso.