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¿Quién quiere ver la verga de Ralph?

Jen Jones
Jughead se había ido la noche anterior y yo, aunque lo había apoyado, me sentía como si me hubieran arrancado una pierna y luego me hubieran puesto una artificial, porqué podía seguir caminando sin él, pero no era lo mismo. Puede que no pasara mucho tiempo con Jughead, pero saber que estaba a mi alcance me tranquilizaba. En ese momento Jughead estaba tan lejano que no podía ir corriendo si me necesitaba, porque llegaría tarde.

¡Dios, que estresante!

—Ralph, porfavor dime que tenemos algo —pedí estirándome en el viejo sillón que estaba afuera, donde las serpientes nos reuníamos y donde el cadáver de Joaquín había estado sentado antes.

—De hecho, mi reina —William llegó a mis espaldas—. El inútil no tiene nada, pero yo...

Ralph lo miró molesto.

—Sólo porque Stark te llamó a tí para darte noticias de su investigación.

—Claro, porque ustedes dan miedo.

—Ya, ya, ya —me levanté— ¿Qué te dijo?

—Las drogas son dadas a los chicos dentro, según lo que vió en los archivos se les dan como golosinas.

—¿Para qué se les dan?

—No lo sabemos. Pero seguí el camión, va a un pueblo cercano, por donde pasan las vías del tren. Es casi un pueblo fantasma, según oí de unas niñas el pueblo está solo porque todos los hombres trabajan construyendo la prisión de  Hiram.

—No parece un problema, no por ahora —dije pensativa—. ¿A quien la entregan?

—A un local viejo y descuidado. Casi como la vieja Southside High.

—De eso quería hablar antes de la interrupción de este idiota —Ralph dio un paso hacia el árbol cercano—. La novia del pelirrojo te llamó, quiere verse contigo en la taberna. Por lo que sé las vixens volvieron a convulsionarse. La escuela se volvió zona de riesgo.

—Que conveniente —susurré pensativa—. Bueno, nuestra prioridad son las drogas. Parecen cruciales para el plan de Hiram, tiene muchos usuarios consumiéndo.


—A la orden, mi reina, yo iré con Stark y veré que encontramos —asintió William antes de irse.

—Eso nos deja a tí y a mí —Ralph sonrió levemente—. ¿Qué hacemos?

—Vamos a ver a Verónica —respondí.

•••

—Como siempre es un placer verte, JJ —Verónica nos recibió en las escaleras de su taberna bajo Pop's—. Y más si vienes con tan apuesto pelinegro.

—Bueno, nunca salgo sin mi escolta.

—Pasen por favor. Tomen asiento donde gusten.

Pasé a la primera mesa del lugar. Al entrar más pude ver a Reggie parado detrás de la barra, me alegró verlo ahí, relajado y menos idiota. Reggie rodeó la parra y yo fuí a encontrarlo para darle un gran abrazo.

Storm Blue || RiverdaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora