Storm Blue || Riverdale

17.2

Si vivir es sentir, entonces estoy muriendo.

Jen Jones
Me había convencido de que sentir era un peligro, de que mis emociones eran desastrosas. Y en cierto grado lo eran, aunque no de la forma normal. Sin embargo, esos últimos meses me sentía vacía, aunque había tenido sentimientos fuertes no sentía que fueran realmente míos.

¿Y dónde está esa maldita nube azul?...

¿Me dejó también?

Quiero los raros poderes de nuevo...

Quizás me estaba volviendo loca. De cualquier forma no podía seguir pensando en eso, no tenía tiempo.
Salí del remolque con pocas ganas de existir, era de noche. Ese día luego del sermón de William de la noche anterior  fuí a clases. Tenía tanto trabajo atrasado que ni siquiera tuve tiempo de sentirme incómoda cuando me topaba con Sweet Pea en la biblioteca.

Era media noche cuando salí a tomar aire luego de varias horas de trabajo duro haciendo tareas atrasadas.

¿Para qué necesitaba aprender integrales y derivadas?

—¿Papá? —Fp estaba parado junto a su motocicleta, parecía que iba a salir.

Llevaba su chaqueta, un pequeña mochila y sus lentes, eso quería decir que tomaría carretera.

—Jen, ¿qué haces afuera a esta hora? —cuestionó acercándose a mí.

—¿Tú qué haces aquí? ¿A dónde vas?

—Voy a buscar a Jughead, su mamá me llamó —se dió la vuelta mientras hablaba y caminó a su motocicleta—. Ni siquiera debería decírtelo, tú y tu hermano son un dolor de cabeza.

Mierda, yo quiero ir...

—Oye, papá —me acerqué a él cuidadosamente—. ¿Sabes? Hoy terminé todos, absolutamente todos, mis deberes.

—Es tu responsabilidad —respondió cortante.

—También soy la encargada de liderar toda una comunidad —agregué.

—Y no olvidemos que además mientes —sonrió falsamente—. Mereces un trofeo.

—Quiero ir, papá —me cansé de rodeos y lo solté—. Llévame.

—Ay, muñeca, hubieras empezado por ahí —sonreí por un segundo—. No.

—Vamos, Fp —supliqué—. Sé que estuvo mal, pero era necesario para protegernos. Tú y Fred hubieran alertado a todo Riverdale, incluyendo a Hiram.

—De cualquier forma Penny Peabody los encontró.

—Detallitos —alcé los hombros y me dí la vuelta resignada a no ir—. Igual no quería ir. Ni conozco a nadie ahí.

—Ve por tus cosas y vámonos.

—¡Eso! —no tardé ni un segundo en correr al remolque de los chicos por mi chaqueta, las llaves de mi moto y mi mochila de viaje.

Dejé una nota en el refrigerador, William y Ralph estaban en una misión especial... mentira, estaban recogiendo latas en el lado sur para luego venderlas.

El señor Andrews llegó al mismo tiempo que yo salí del remolque con mis cosas. Subimos mi motocicleta y la de Jughead a la camioneta del señor Andrews, Fp conduciría hasta Toledo y yo iría de copiloto en la camioneta.

—Será un viaje largo, así que ponte cómoda —me dijo el señor Andrews antes de arrancar.

—Discúlpeme por haberle ocultado lo de Archie —verlo tan decaído me llenó de culpa—. Solo quería protegerlo.