05. El trato

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La becada llegó a por todas...

Fingía ser tan inocente y se estaba follando a Adams..

Dudo que a Mark le guste, solo la utiliza..

Esos y muchos otros comentarios tuve que soportar mientras bajaba las escaleras. Con lágrimas de furia en mis ojos y el teléfono la mano, salí en busca de Mark. En ocasiones me detenía para revisar el artículo una vez más con la esperanza de habérmelo imaginado, pero al ver que continuaba allí, la impotencia, ligada a la furia, me inundaban.

Finalmente todo cobraba sentido. El verdadero objetivo de Mark, lo que planeó desde el momento que me envió esa nota. No dejaba de culparme por haber caído tan fácil en su juego, pero no me quedaría de brazos cruzados. Era el momento de enfrentarlo, y si para eso debía crear un escándalo aún mayor, lo haría.

—¡Pero miren quien tenemos aquí!—la irónica voz de Joana me hizo dar la vuelta—¡Es la estrella del momento!

Mi paciencia rozó el límite en aquel instante. Entonces, a segundos de responderle lo que merecía, noté que a su lado se encontraba Gabrielle. Esta ni siquiera se atrevía a observarme a los ojos, seguramente me veía como la cualquiera que se revolcaba con su ex novio. Tomé un respiro profundo y fingí una sonrisa.

—Buenos días a ti también Joana—le guiñé un ojo—. Sabes que adoro tu compañía, podría estar todo el día hablando contigo, pero tengo prisa. Adiós.

Les di la espaldas y ni siquiera había comenzado a avanzar cuando escuché:

—¡¡Hey, Adriana!!—exclamó nuevamente—¿¡Qué se siente recoger las sobras de mi mejor amiga!?

Por encima de mi hombro observé el rostro avergonzado de Gabrielle, solo me intrigaba la razón por la que no era capaz de observarme. Ignorando las palabras de Joana continué mi andar, hasta que finalmente llegué al dormitorio de chicos.

Tan solo subir esas escaleras y me encontraría con Mark. Aunque, ni siquiera tenía idea de cuál era su habitación, o en qué planta del edificio estaba situada esta. Debía calmarme, pensar con claridad, necesitaba hallar una manera de descubrir su ubicación exacta.

En ese momento, el universo finalmente decidió ayudarme. Por las escaleras descendía Félix, el novio de Brenda, y por lo que ella me había contado, lo más parecido a un mejor amigo que tenía Mark.

—¡Adriana!—exclamó con asombro al verme, fue extraño teniendo en cuenta que no lo conocía personalmente, solo lo había visto por fotos. Terminó de bajar y se acercó—. Acabo de hablar con Mark, viene de camino hacia acá.

—¡¡No te creo nada!!—Félix retrocedió unos pasos, algo asustado, por lo que comprendí que debía calmarme—. Perdón, no estoy en mi mejor momento. Aunque.. ¿cómo sabes mi nombre? Si estás escondiendo a Mark allá arriba..

—Te juro que no lo hago—dijo rápidamente mientras buscaba algo en su bolsillo, se trataba de su teléfono—. Escucha..

Buscó la aplicación de WhastApp y después de entrar en el chat de Mark reprodujo un audio que decía:

Joderrrr, mi padre intentó sobornar The Collegian pero fue en vano. Los periodistas están comenzando a llegar y si no salgo de aquí te juro que explotaré. Voy a tomar mi auto y me largo de esta mierd*. Hablamos allá.

—Eso no explica que conocieras mi nombre—demandé, aún no estaba del todo convencida.

—Brenda—dejó escapar una sonrisa al mencionarla—. Me ha hablado mucho de ti, por cierto.. ¿sabes dónde está? La he estado llamando y no responde.

Solo una noche©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora