03. El algodón de azúcar

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Fox University..

La más exclusiva, hermosa y privada de todas las universidades en Richmond(Virginia). No fue fácil ganarme una de sus preciadas becas, mucho menos viajar 207 millas desde Lewisburg—una pequeña ciudad de Virgina Occidental, mi ciudad—. Aún así jamás dudé, sentía que era el lugar indicado.

Por supuesto, en aquel entonces tenía una idea muy equivocada de la universidad. Si hubiese sido advertida de chicos ricos que se escabullen a oscuras en las habitaciones, de personas que manipulan a otras para llevarlas a rituales nudistas y que piden sexo en medio de una feria como si fuese lo más normal del mundo, jamás habría puesto un pie en aquel lugar.

Pero ya me encontraba allí, y después de tanta espera las clases finalmente habían comenzado. Todo lo ocurrido con Mark quedaría como un vergonzoso recuerdo. Quizás, con un poco de suerte, nuestros caminos no volverían a cruzarse.

—¡Ahg, haberlo demandado!—repetía Denise por décima vez—¿Qué se ha creído ese idiota?

—Olvídalo ya, creo que solo bromeaba—mentí, la mirada de Mark no reflejó diversión exactamente—. De regreso ni siquiera cruzamos palabras, todo fue tranquilo.

—¡Eso da igual! Aún así jamás perdonaré que no hayas sido capaz de dejarme una nota—me lanzó una mirada cargada de indignación—. De Brenda no me sorprende pero ¿tú?

—Te prometo que no volvería a ocurrir—mi puchero le sacó una débil sonrisa que intentó ocultar—. Por cierto.. ¿crees que Thanos venga a clases hoy?

—Es bastante improbable, cuando tiene esas noches intensas suele dormir hasta el mediodía—con Thanos nos referíamos a Brenda, llegó a las 3 am destrozando la habitación con su embriaguez.

—¡Hey, la becada y la feminista!—nos "llamó" una chica desde el frente—¡El juego ya va a comenzar!

Por unos momentos había olvidado que nos encontrábamos en el área de voleibol. Después de un extenso repaso sobre movimientos y reglas del deporte, el profesor nos llevó allí para poner en práctica lo estudiado.

—¡Tenemos nombres, aunque quizás tu diminuto cerebro no los recuerda!—indiqué enfurecida por sus apodos. Una vez más se volteó hacia mí y con un rostro enfadado comenzó a avanzar.

No tenía miedo alguno de aquella chica. Andy, mi hermano mayor, me había enseñado a defenderme de cualquier persona. Si buscaba una pelea era exactamente lo que tendría. Entonces, a pocos metros de mí la chica detuvo su andar y con rapidez se dió la vuelta. Sentí que tomaban mi hombro y para mi sorpresa se trataba de la Sr Hilton, mi profesora de alemán.

—Walker—llamó ella al profesor de deportes—. ¿Le molesta si le robo uno minutos a Adriana?

El profesor asintió y con la mano de la Sr Hilton en mi espalda nos alejamos unos metros de los demás. No tenía idea de qué decir o hacer, si perdía la beca por una estupidez así jamás me lo perdonaría.

—Le juro que no soy problemática—hablé en el instante—. Sé que no debí caer en la provocación pero por favor Sr Hilton, esta beca es muy importante para mí.

—Tranquila—sonrió acomodándose las gafas—. No quiero hablar contigo sobre eso. En realidad vengo a hacerte una propuesta.

—Oh, la escucho—dejé escapar el aire, aliviada.

—En la mañana pude notar que el alemán se te da muy bien—asentí débilmente—. Verás, aquí en Fox University tenemos una especie de programa que comunica a los más aventajados de una asignatura con los que tienen dificultades en esta.

—¿Quiere que le de clases a alguien?

—Más bien que seas su tutora—explicó—. Hace unos minutos solicitaron un tutor de alemán y pensé en ti. No sería de gratis, todo lo contrario ¿Estarías interesada?

Solo una noche©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora